No siempre es malo tener padres separados y Anne estaba de acuerdo en eso.
Sus madres jamás se casaron, vivían en el mismo edificios pero cada quien en su propio departamento.
Acompaña a Anne en esta linda y tierna historia.
El día llegó y Marcy estaba despierta desde las 6 de la madrugada. Había dejado a Anne dormir un rato más y ella solo se dedicó a adornar el departamento de su hermana para la gran fiesta de cumpleaños.
Marky también le ayudo, vigilando de vez en cuando a su sobrinita.
—¿Esto lo pongo aquí?— Pregunto Marky, moviendo una mesa.
—Si, ahí pondré el pastel.— Afirmó Marcy, viendo los.menssjes de afirmación de los Waybrigh.
Menos de Sasha...
La rubia parecía estar dispuesta a no asistir al cumpleaños de su hija. No importaba, ella se lo perdería. Dejó a Marky seguir pegando los globos y fue a la habitación donde su hija ya empezaba a despertar.
—Umm... Má...— La llamo, tallando su ojito con su puño— Má..
—Aqui estoy bebé.—Respondio al llamado de su bebé.— Aquí está mami.
Anne abrió sus ojitos, sonriendo de ver a la mayor y estirando sus manitas para que la cargará, cosa que Marcy cumplió gustosa. La abrazo suavemente, besando sus mejillas y acariciando sus rizos. Las ganas de llorar estaban ganando pero se sabía controlar.
—¿Sabes? Hoy es un día muy especial.— Sonrió Marcy, acostándose con su bebé.— Hoy hace un año conocí al amor de mi vida, una bebé muy muy bonita y gordita que cambio mi mundo para siempre.— Sonrió, besando nuevamente las mejillas de su bebé.— Se que no logras entenderme aún mi amor, perooo, feliz cumpleaños. Ya estás creciendo y creces muy rápido, se que a veces mami se va pero lo hace para tener un futuro y que tú estés orgullosa de ella.— Anne sonrió, sin entender las palabras de la mayor y solo llevando sus manitas a la cara de su mamá.— Lo sé, yo igual te amo mi vida. Hoy cumples un añito más conmigo y te prometo que juntas cumpliremos otros años más.
—¡Má-ah!— Marcy seco sus lágrimas y volvió a abrazar a su bebé.
La cargo y empezó a jugar con ella, lanzandola al aire o haciendo caras y gestos. También bailo un rato con ella, meciendo su cuerpecito al compás de la música. Marky veía todo eso desde el marco de la puerta, sonriendo con nostalgia y recordando como ella hacía lo mismo con su hermanita.
—¿Recuerdas lo asustada que me puse?— Murmuró Marcy, viendo a su hija comer con alegría.
—Yo solo recuerdo que el hospital estaba lleno de todos tus compañeros.— sonrió Marky con burla, acomodando lo que faltaba de la fiesta y dejando su regalo en la mesa que estaba destinada a esos.— Pero si, recuerdo lo asustada que estabas.
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Hace un año.
—No creo que sea seguro que sigas viniendo.
—¿Y quedarme encerrada todo el día? No gracias, prefiero quedarme sentada en mi lugar que aburrirme en casa, Amelia.— La alfa solo suspiro, ayudando a Marcy a bajar del taxi.
