Capitulo 31: Extra #5

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—¡Pero nunca lo adivinarás, pequeño mortal! —dijo mientras se reía.

Después, tal  como las princesas le habían asegurado repetidamente a Sakura, el demonio fue incapaz de resistirse a dar pistas—. He escondido la vida tan inteligentemente —dijo con alegría—, que puedes mirarla y no verla. Ningún otro demonio la puede ver. Así que, ¿qué esperanza tienes tú? Pero creo que te daré tres oportunidades, por pura diversión, antes de matarte. Así que, primer intento:

¿Dónde he escondido mi vida?

Sora lanzó una rápida mirada al demonio. Por ahora el plan estaba teniendo éxito. Le dio un firme agarrón con sus piernas a la alfombra y se ajustó las enaguas, mientras hacía como que pensaba. Lo que realmente estaba haciendo era empujar la botella del genio.

—Mi primer intento, gran demonio... —dijo y miró al suelo como si el verde pórfido pudiera inspirarle. ¿Cumpliría el genio su palabra? Durante un desagradable momento Sora se asustó pensando que el genio le había traicionado como siempre y que iba a tener que arriesgarse intentándolo por sí mismo. Después, con gran alivio, vio un diminuto tirabuzón de humo púrpura arrastrarse fuera de las enaguas, y quedarse, quieto y vigilante, junto al pie desnudo de Sora.— Mi primer intento es que escondiste tu vida en luna.

El demonio rio con deleite.

—¡Incorrecto! ¡Piensa que estás jugando al escondite!

Esto le dijo a Sora que la vida del demonio se encontraba en el castillo, como la mayoría de las mujeres había imaginado. Fingió que se esforzaba mucho en pensar.

—Mi segundo intento es que se lo diste a una de las estatuas guardianas para que la guardara— continuó.

—¡Incorrecto de nuevo! —dijo el demonio, más deleitado que nunca— Es mucho más ingenioso que eso, pequeño mortal. Nunca lo adivinarás. ¡Es sorprendente cómo nadie puede ver lo que tiene delante de sus propias narices!

En este momento, en un arrebato de inspiración, Sora estuvo seguro de que sabía dónde estaba verdaderamente la vida del demonio.

Hotaru le amaba. Todavía se sentía flotando en el aire. Su mente estaba inspirada y él lo sabía. Pero estaba mortalmente asustado de cometer un error. Cuando en breve llegara el momento en que él mismo tendría que apoderarse de la vida del demonio sabía que debería ir directamente a por ella porque el demonio no le daría una segunda oportunidad. Era por esto que necesitaba que el genio confirmase su suposición. El tirabuzón de humo estaba todavía allí, casi invisible, y si él lo había adivinado, seguramente también el genio lo sabía, ¿no?

—Eh... —dijo Sora—. Um...

El tirabuzón de humo se arrastró sin ruido de vuelta dentro de las enaguas. Luego escuchó el hilo de voz del genio que le susurraba: «¡Es el aro que lleva en la nariz !».

Esta era la parte en que su plan se volvía abiertamente arriesgado.

— Tu vida está en uno de tus dientes, gran demonio.

—¡Incorrecto! —retumbó—. ¡Asadlo estatuas!

—¡Perdónale! —gimió Hotaru mientras el demonio reía a carcajadas.

Las mujeres estaban preparadas para este momento. Diez manos empujaron instantáneamente a Kushina fuera de la muchedumbre en dirección a los escalones del trono.

—¡Quiero a mi ave! —proclamó Kushina.

Este era su gran momento. Como Sakura le había señalado, ahora tenía treinta nuevas tias y un nuevo tío y todos ellos le habían suplicado que gritara tan fuerte como pudiera. Nunca nadie había querido que ella gritara. Además todas las nuevas tias le habían prometido una caja de caramelos si tenía un berrinche realmente bueno. Treinta cajas. Eso merecía que lo hiciera lo mejor que podía. Volvió a abrir el enorme agujero de su boca. Expandió su pecho. Dio todo lo que tenía

Un Hechizo y Un Contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora