Cuando la justicia perece, la maldad resurge.
La vida de un ex detective, Bell Cranel, da un giro de 180 grados al verse enredado en un homicidio que más tarde lo haría retomar el camino que había abandonado.
Su sed de venganza renació cuando el f...
Honestamente, no tenía pensado actualizar esta historia, pero bueno, decidí que mejor sí.
He pensado mucho sobre esta historia, y puedo decir firmemente que con este capítulo finaliza la introducción a la historia. Del 6 en adelante será el desarrollo.
Quiero pensar que pasará de los 30 caps, más u menos.
En fin, pasaré a lo importante que estoy por cenar. También estoy viendo el anime de los hermanos norteños xd.
De todos modos, disfruten.
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Moriría de pena si el amor de mi vida pierde la oportunidad de estar con el amor de su vida, y todo por que lo quiero solo para mí.
Ve, eres libre.
- Shakti Varma.
X X X
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Morimos de muchas formas a lo largo de nuestra vida.
A veces lo hacemos a mitad de una discusión, en el camino de vuelta a casa mientras vemos las luces de la ciudad correr a gran velocidad por la ventanilla del autobús.
Lo hacemos cuando escuchamos frases como: "ya no puedo seguir a tu lado" o "esto tiene que terminar".
Morimos cuando aquellas personas de las cuales jamás esperamos que nos lastimen, lo hacen, porque nada duele mas que haberle explicado a alguien lo que te lastimaba y que lo haya hecho.
Si se hablaba de la vida, la muerte era indispensable en el tema. Bell Cranel así lo veía, y así vivía su día a día.
Muriendo diariamente.
-- Mírate, me das lástima. ¿En serio somos familia?.
--....
Bell se ahorró sus palabras ante el cruel y despiadado comentario de Alfia. Era verdad que su presencia lo intimidaba, pero no era la razón de su silencio.
Sentado sobre el banco de metal, miró desde abajo a su tía, que le miraba desde la altura de su posición.
-- ¿Has venido a burlarte?.
-- He venido a recibir tus disculpas, tal vez de ese modo considere librarte de los cargos por homicidio en masa contra una mafia rusa.
-- Heh...
Bell soltó una risita.
Sus labios se curvaron de esquina a esquina, al igual que las esquinas de sus ojos. El rojo rubí miró directamente a Alfia.
Sus ojos heterocromaticos se tornaron agudos, casi como si respondieran a la provocación de Bell.
Con un silencio sepulcral que detendría el corazón de cualquiera, Bell habló.
