Destinados /RenMin

Capítulo 2

Bajó las escaleras hasta la dirección donde la señorita estaba disfrutando de un delicioso café.

Los alumnos paseaban de allá para acá con cosas espeluznantes que tenían a Renjun de los nervios.

—Disculpe, señorita —llamó la atención, acercándose—. Lamento molestarla, pero realmente creo que fue un error mi transferencia. Yo no soy como los demás.

—¿De qué hablas, Renjun? —la señorita buscó algo en la primera pantalla y la volteó para enseñarle al castaño—. Aquí dice Huang Renjun, transferido de Universe. ¿Algo está mal?

—Yo no tengo poderes, señorita. Eso está mal... es decir, sí soy yo, pero no poseo lo que esta escuela necesita.

Alguien se puso junto a él, casi recargándose en su hombro. Renjun miró hacia el lado y uno de los chicos de ese grupo estaba junto a él.

—Señorita Yoona, ¿podría ir por unas cosas a casa? Volveré de inmediato.

—Claro que sí, Jaemin. No olvides regresar.

Jaemin sonrió hacia Renjun. —No podría olvidarlo —el chico se marchó, todavía sonriendo por ver a Renjun.

El castaño pestañeó varias veces, sin comprender que sucedía. —Señorita, ¿podría ser transferido a otro lugar?

Un ruido en la puerta de entrada llamó la atención de todos. Jaemin había sacado la enorme puerta.

—¡No puedes! —gritó el chico, poniendo la puerta en su posición anterior—. Nadie puede salir de aquí —se acercó otra vez hacia ellos, mirando solamente a Renjun.

—Es una conversación privada, amiguito. Te pido que vayas a tu casa o donde sea.

Jaemin negó. —No puedes.

—Sí puedo, tú no me mandas.

—No puedes —volvió a decirle.

La señorita Yoona rodó sus ojos. —Lamento informarte que Jaemin tiene razón, Renjun. No puedes ser transferido.

—¿Por qué no? Yo fui transferido por error, no es necesario hacer tanto escándalo. Le diré a mi madre que me inscriba en la escuela donde trabaja y no pasa nada, asunto arreglado.

Yoona suspiró. —No puedes, Renjun. No fuiste transferido por error, debías estar aquí hace un par de años, pero asististe a una escuela normal cerca de tu casa. De hecho, mañana debes traer tus cosas para comenzar a vivir aquí.

—¿De qué mier... de qué habla? —comenzó a reír en pánico—. Creo que iré a casa. No se preocupe, no diré nada de este problema y no sabrá de mí nunca más —intentó caminar hacia la puerta y Jaemin lo sujetó del brazo—. Suéltame.

—No puedes.

—¿Sabes decir algo más que esa mierda? —gritó exasperado, sacando la mano de Jaemin de su brazo—. ¿Qué mierda te pasa? Loquito.

Yoona caminó hacia él y lo detuvo. —Renjun no puedes irte. Este es tu lugar, te prometo que no fue un error.

—¿Qué está pasando, Yoona? —la voz de un hombre hizo que el ruido de las demás personas dejara de oírse. Renjun miró hacia esa dirección y vio a un hombre alto de cabello largo, mirándolos—. ¿Y bien?

—Señor Seo. Lamento el alboroto, pero Renjun quiere irse.

El hombre miró a Renjun y le hizo una seña para que lo siguiera. Tuvo el instinto de ignorarlo y marcharse, pero la voz de su madre en su cabeza lo regañó por pensar en esa opción.

Jaemin y Yoona miraron como el castaño seguía al hombre alto hasta la oficina que Renjun supuso era del director.

—Toma asiento por favor —le pidió el señor Seo. Renjun se sentó frente a él, esperando que continuara—. ¿Hay alguna razón para tanto escándalo?