Renjun cerró los ojos cuando se dio cuenta de que Jaemin había escuchado. No tenía ganas de verlo todavía.
—¡Respóndeme! —gritó el pelinegro, casi lanzándose sobre él—. ¿Por qué harías algo así?
Johnny trató de calmarlo, pero en sus ojos no se podía ver nada más que furia y tristeza.
Jeno llegó justo a tiempo, ayudando al director a sujetar a Jaemin.
—¡Dime la verdad! —se movió entre los brazos de ambos para zafarse del agarre.
—¡Yo no te hago bien, Na Jaemin! —confesó Renjun, escondiéndose entre la pequeña sabana de la camilla.
El pelinegro dejó de luchar y mordió sus labios para no dejar salir su voz. Negó hacia su destinado a pesar de que no lo estaba viendo y se dejó caer en el suelo.
—No puedes decir algo así y no darme la cara —secó sus lágrimas con violencia e intentó quitarle la sabana a Renjun para poder verlo a los ojos—. No seas cobarde y dime la verdad.
—Tuve un pequeño encuentro con mi vida pasada. Tenía el cabello de fuego.
Jaemin dejó de llorar y abrió los ojos, asombrado de lo que escuchaba. Su querido Renjun en su vida pasada había escogido el fuego como su poder principal y por eso Jeno le recordaba mucho a su destinado.
—No me dijo demasiado, pero confesó que somos los culpables de tu horrible destino que sucede en todas tus reencarnaciones.
—¿Cuál es ese?
—Por culpa mía, vas a morir Jaemin.
Todos se quedaron en silencio con solo oír aquello.
—No vale la pena arriesgar todo lo que tienes por alguien que borró su memoria para no ser encontrado.
Jaemin se levantó del suelo más calmado, pero de todas maneras se acercó al castaño, quitándole por fin la delgada sabana.
—No me importa si en esta vida o en todas muero, mi vida te pertenece desde la primera estrella que apareció en el cielo.
—A mí y a todas nuestras vidas pasadas si les interesa, Jaemin. Es por eso que han intentado alejarse de ti —el pelinegro sujetó el rostro de Renjun con suavidad y juntó su frente con la suya—, no te hagas esto. Déjame ir, Na Jaemin. Vive bien en esta reencarnación.
El pobre chico negó de inmediato, sin preocuparse de las lágrimas que caían por sus mejillas. —No puedo vivir sin mi destinado, Renjunnie.
Renjun se mordió los labios y abrazó a Jaemin. —Perdóname —susurró en su oído.
—No hay nada que perdonar, cariño.
—Prefiero que me odies.
—No podría odiarte.
Renjun suspiró sobre el oído de Jaemin y lo alejó de él con suavidad.
El castaño estuvo en observación durante la semana completa. En donde todos los días lo visitaban sus amigos y Jaemin, el último trataba de no irse, pero Taeil siempre lo echaba para que Renjun pudiera descansar.
—Muy bien, Renjun. ¿Cómo te sientes? —Taeil pasó una luz por los ojos del castaño para que este la siguiera—. ¿Te duele algo?
—No, gracias a usted pude recuperarme en poco tiempo... creímos... creí que moriría, otra vez —sonrió con algo de pena y suspiró—. ¿Puedo preguntarle algo?
—Adelante.
—¿Qué pasa con los destinados que se separan? —Taeil levantó una de sus cejas—. Me refiero a que, en mi vida pasada Jaemin murió primero.
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Destinados /RenMin
FanfictionRenjun en una escuela para gente con poderes, ¿qué se supone que hace él ahí? 🐰🦊