Capítulo 7

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Renjun miró a Jeno por un par de minutos antes de perder todo el interés que tenía en seguir conversando.

—¿Tú también vas a empezar? —preguntó bastante irritado—. ¿Se pusieron de acuerdo en molestarme? Queridos míos, es mi segundo día. No conocía ni siquiera esta institución, explícame detalladamente como es que yo podría olvidarme de alguien con poderes. Para los seres humanos normales como yo, no es normal ver a una persona que se transforma en animales o que tiene fuego y podría continuar, pero ya di mi punto.

Jeno suspiró y miró a Jaemin. —¿En serio es él? —su amigo asintió de inmediato, sin apartar su mirada de enamorado del chico frente a él.

—De verdad que yo no entiendo por qué me esfuerzo en hacerles entender. Me estreso más que en mi anterior escuela. ¿Están tratando de que me vaya de la escuela? Porque ya lo intenté, ayer.

Jaemin al oír aquello trató de levantarse, Jisung y Chenle lo detuvieron de inmediato. —No puedes irte —le pidió al borde del llanto.

—Era un decir, no me voy a ir solo por culpa de ti y tus amigos. Me quedaré aquí hasta que entiendan que no pertenezco.

Taeil soltó el aire que había retenido, llamando la atención de todos los presentes. —¿Quieres que te haga una prueba para comprobar si perteneces aquí o no?

Renjun lo pensó por un momento. —Si sugiere que alguno me queme, me muerda, me congele o me golpee... preferiría quedarme con la duda, muchas gracias.

—¿De qué estás hablando?

—Ayer el director y el profesor Taeyong trataron de que Jaemin me golpeara —la enfermería se quedó en silencio—. Ahora que lo digo en voz alta, creo que debí quedarme en casa y mentirle a mi mamá sobre el error.

Jaemin con dificultad, le sujetó uno de sus dedos, tratando de impedir que se marchara. Para los ojos de Renjun, el pelinegro lucía como un pequeño gatito asustado.

—No haré nada que te dañe físicamente, Renjun. Será un chequeo que realizo a todos los estudiantes para ver sus condiciones. La salud y el nivel de sus poderes.

—De acuerdo, pero si resulta que no tengo nada. Todos aquí estarán de testigo y yo podré irme —apuntó a Jaemin con su otra mano—. Y tú no puedes negarte.

Taeil le pidió quitarse la ropa superior, avergonzando a Jaemin con solo oír que el castaño estaría medio desnudo.

Jeno le tapó los ojos para que no viera el cuerpo de Renjun, sabiendo perfectamente qué sucedía cuando la especie de su amigo se entusiasmaba demasiado.

Primero revisaron su estado físico. Saludable, pero algo bajo para su especie.

Jaemin confesó que así eran en su planeta los hombres que cortejaban a sus parejas. Renjun sonrió divertido, creyendo que Jaemin era muy malo para inventar cosas.

Luego de ese chequeo, venía el importante.

El castaño entró en una especie de caja donde sería revisado y analizado. No le molestaba porque sabía que no tenía nada que ver con los "superhéroes" de la escuela.

Pasados los veinte minutos, Renjun se puso la ropa faltante. Jeno le quitó las manos de los ojos a Jaemin y este mordió sus labios. Esperaba poder ver un poquito de la piel de su destinado.

—Los resultados estarán después de clases —informó Taeil, revisando su reloj—. Ahora, váyanse todos a su salón antes de que los regañen.

—Nos vemos, Nana —dijeron sus amigos.

—Adiós, chicos.

Renjun sacudió su mano, tratando de huir. Jeno se quedó en la puerta esperando que el castaño se despidiera bien de su amigo.

—No puedes estar hablando en serio... —suspiró derrotado y sonrió hacia Jaemin—. Nos vemos más tarde, Jaemin.

El pelinegro asintió.

—Ahora muévete —empujó a Jeno y salió de la enfermería bastante cabreado. Tuvo la idea de perderse las clases del día y esperar sus resultados, pero quería hablar con Haechan y Yangyang.

Dentro de la enfermería había una pequeña discusión.

—¿Vieron lo que yo vi? Renjun no se dio cuenta de que utilizó su fuerza para moverte.

Todos asintieron a lo que decía Chenle.

—¿Estás seguro de que te empujó con su fuerza y no es un comentario que ilusione a tu mejor amigo? —preguntó Taeil, anotando algo en su libreta.

—Se lo puedo jurar. Puse todo mi peso en los pies y de todas maneras me movió y para alguien de su tamaño, eso es imposible.

Renjun entró al salón que le tocaba y se encontró con Haechan charlando con un chico muy bonito.

—¡Aquí estás! —gritó emocionado—. Si te escuché, pero pensé que era mi mente jugándome una broma. Estaba seguro de que no regresarías.

—Lo pensé, no voy a mentirte, pero mi mamá ya se enteró de que no fue por error que llegué aquí.

Haechan y el amigo de este rieron de lo que decía Renjun. —Oh. Déjame presentarte a Mark Lee. Acaba de llegar de una misión... lamentablemente se junta con el grupo de tú no-novio, así que... bueno, igual lo verás bastante porque Jaemin está obsesionado contigo.

—¿Obsesionado? —preguntó el peli azul a su amigo—. Creí que los de su especie solo estaban así por su destinado.

—Según lo que escuché, Renjun es el destinado de Jaemin —Mark levantó una de sus cejas, analizando lo que su amigo le decía.

Un brazo pasó por los hombros del castaño, dándole un escalofrío. —Él es el destinado de mi amigo, así que no le coqueteen.

Renjun miró a Jeno. —¿Podrías cerrar la boca? La gente va a creer la mierda que dices —quitó el brazo del peli blanco.

—¿Alguna vez has visto a Jaemin enojado, Renjun?

—Por supuesto que no. Como he dicho, solo llevo dos días y enfadar a alguien con superfuerza no es mi hobby. Lo vi llorar, pero enojado no.

Todos sus compañeros se quedaron en silencio al oír aquella confesión.

—Renjun, tú eres algo así como el mesías. Nadie ha visto llorar a Jaemin, ni siquiera las personas que lo criaron.

—¿Sus padres?

—Nadie de aquí tiene padres, Renjun. Somos criados por distintas personas para asistir a esta escuela desde pequeños —contestó Haechan.

—¿De qué hablas? ¿Cómo no van a tener padres si yo los veo aquí?

—Todos somos de distintos planetas. ¿Por qué crees que tenemos poderes?

Renjun se sintió un poco extraño. —¿Todavía puedo irme de la escuela?

Haechan le dio un golpe en la cabeza. —Ya es muy tarde. Cuando sea el momento, podrás volver a casa. Ahora mismo estamos flotando en la exosfera y hasta donde me has dicho desde ayer, tú no tienes poderes.

—Me voy a lanzar y si sobrevivo, será de milagro.

Trató de huir, pero todos lo detuvieron de su escapatoria suicida.

—Si los resultados salen negativos, ¿me van a dejar regresar a casa?

—Supongo que sí —esta vez Jeno fue el que respondió.

—Muy bien. Si todo sale bien, no tendrán que soportar a un sin-poder jamás y lo más seguro es que no nos volvamos a ver. Así que me despido de todos de antemano.

—Cállate, Renjun. Me duelen los oídos —le pidió Haechan, sujetándole la mano para llevarlo a su asiento—. Cierra la boca hasta que nos den los resultados, así dejarás de hablar de lo mismo.

En un susurro, el castaño se disculpó con su amigo de oídos sensibles.

Destinados /RenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora