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Por otro lado Mew y los demás llegan a una mansión multipiso de escaleras en espiral. —El monstruo no ha abandonado la habitación de mí hija. Sigue insistiendo en que no se irá si no la tiene a ella. — Los recibe la ama de casa y madre de la pequeña víctima en este caso. La mujer tiene ojeras y viste como toda una dama casual, pero incluso en estos momentos tiembla del miedo. Mira arriba las escaleras. —Mi esposo está en nuestra habitación con nuestra hija. Ya nos iremos de esta casa, pero queremos asegurarnos de que esa bestia no nos siga y perezca para siempre. He estado pendiente a las noticias y durante estas tres semanas han habido desapariciones de niños. Según los relatos de otras madres  sus niños decían, “mamá, algo me lamió el pie mientras dormía” y a los dos días de eso desaparecían. Por favor no dejen que eso suceda con mi hija.

—Descuide, haremos todo lo posible para no permitir eso. — Jura Mew, tomando ambas de sus manos.

Al subir, justo en el centro se encuentra la habitación de la niña. Ven una cama normal, una habitación normal, cortinas abiertas con la exposición del sol, pero también ven un caballo de cuello largo, cabello negro caído sobre sus hombros y testuz. Esta asomado justo al borde de la cama mirando fijamente la puerta.

El resto de su cuerpo debe estar bajo la cama pero tiene unos brazos enormes y aletas en lugar de patas traseras con una panza enorme. —Ah, sacerdotes, lucen santos, pero tienen secretos. Secretos peores que los que no asisten a la iglesia. — Entona divertido mostrando los dientes cada que habla e intentando soplar algunas hebras del flequillo para verlos. Su tez es amarillo mostaza.

—Di lo que quieras, demonio, no te vamos a escuchar. — Mew dice poniendo un pie en la habitación. El pavimento tiene el diseño de una brújula.

—¿Dices que no me escucharán? — Juega la bestia ahora lanzando sus enormes brazos a los sacerdotes

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—¿Dices que no me escucharán? — Juega la bestia ahora lanzando sus enormes brazos a los sacerdotes. Uno de los brazos quiebra la cama entera de la niña y la mano que lo adueña agarra a Mew como si fuera un soldado de juguete. Lo balancea de lado a lado tal cual jugando a una avioneta y agarra también a Gulf con la otra. —Prefiero comer niños, pero los aperitivos nunca hacen mal. — Se los lleva a la boca cuando Euro le dispara dos sedantes al pecho.

El animal mira abajo a su propio pecho. Sin recibir nada de estas inyecciones entonces alza la mirada. —Tus pequeños proyectiles de mierda deberían ser mejorados--

Claudia le vuela un brazo con una bazuca. “EL PODER DE DIOS” tiene escrito al lateral en grafiti blanco derramado. Ella forma una sonrisa ladina. —Qué tal este proyectil, pedazo de mierda. — Gruñe ella.

Gulf, al quedar libre, se pone en pie y Mew le tira el frasco de sal que sostenía desde que entró a la habitación. —¡Ya sabes qué hacer! — Grita.

Gulf asiente apurándose en abrir el frasco y correr para esparcir la sal.

La bestia ríe. —Hmph. Tontos. — Deja su cola de león azotar el suelo y ocurre un pequeño temblor de gran magnitud. Lo suficiente como para llover polvo del tejado. Todos se miran entre sí asustados. De repente el suelo comienza a girar a una velocidad lenta, pero es tan fuerte que todos se desbalancean. Esta bestia puede mover el suelo que pise y aturdir a sus enemigos. Ese es su poder.

MEDUS| Forcebook + MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora