Everything I wanted [ Secuela de A dream Synopsis ]

Capítulo 4. No control.

My hopes of being stolen
Might just ring true
Depends who you prefer

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Pocos segundos después -y cuando por fin Matt la dejó ir- los brazos fuertes de O'malley la tomaron por la cintura y la agolparon sin pudor alguno contra su cuerpo, alzándola del suelo y provocando que Alison -en un intento por no caer de aquel abrazo- abrazara el cuerpo de Nicholas con las piernas, riendo en el estruendo, siendo completamente feliz por un breve instante.

Alexander miraba aquella escena receloso, intentando contener esos celos irracionales que aún lo consumían cada vez que los veía juntos, a pesar de las disculpas que ambos le habían ofrecido, a pesar de que llevaba más de un año saliendo -y viviendo- con Alison, a pesar, incluso, de que ella no había hecho más que demostrarle cuanto lo amaba, Alex aún luchaba contra aquellas voces que en su mente le decían que Alison Santiago seguía siendo un alma libre.

-Te lo dije, bruja, te dije que tenías el éxito ganado- le susurró al oído, aun sosteniéndola entre sus brazos

-Gracias por haber sido parte de esto- le respondió ella, dejando un beso dulce en su mejilla.

-Okay, suficiente, necesito a mi chica de vuelta- seseó Alexander, intentando esconder su molestia.

Allie solo rio y de un salto bajó de los brazos de O'malley quien aún la sostenía por la mano asegurándose de que no perdiera el equilibrio.

Aquella reunión improvisada súbitamente se convirtió en una celebración, un rato después de que Alison volviera con la noticia, Matthew llamó a Jamie quien llegó al apartamento apresurado, buscando a Santiago con un ramo de flores coloridas y una sonrisa impecable pegada en el rostro, abrazándola y agolpándola contra su pecho como si esa pequeña mujer fuera lo más precioso que sus ojos habían visto, y en el fondo así era, Alison se había convertido en parte indispensable de todos y cada uno de los hombres que se encontraban en aquel apartamento.

Pasaron un largo rato charlando y bebiendo, ordenaron comida y brindaron por Alison y los éxitos que le auguraban, dejando que el ambiente se llenara de risas y conversaciones mundanas, como al principio, como cuando el mundo se les había puesto de cabeza por la llegada de ese par de ojos negros que aún sostenían su universo con solo una mirada. Después de una plática amena sobre los planes de Alison y el futuro de su carrera como escritora, Matthew, Jamie y Alexander se habían recargado sobre la baranda de la terraza, encendiendo un cigarrillo y mirando al horizonte de forma despreocupada, mientras que Alison se había escabullido al baño y O'malley se quedaba sentado en aquel sofá bebiendo lo último de su cerveza y mirando la pantalla de su teléfono.

-En verdad tienes una joya en tus manos ¿eh? – dijo Jamie mientras miraba de reojo a Alexander que se perdía entre las luces de la ciudad.

-Ni me lo digas...Alison sí es de otro mundo- susurró él.

-¿Has decidido ya cuándo lo harás? – inquirió Cook.

-No...hablaba de eso hace algunos días con Matt, pero no he logrado decidirme por una fecha-

Jamie asintió y tomó una bocanada larga de su cigarrillo, dejando que el humo que salía de sus labios los rodeara de pronto.

-¿Has hablado ya con sus papás? – preguntó Matthew súbitamente

-¿Sobre qué? – Alexander lo miraba confundido.

-Pues, sobre lo que vas a preguntar...- dijo Matt bajito al escuchar la risa de Alison en el fondo, anunciando que había vuelto al salón.