Everything I wanted [ Secuela de A dream Synopsis ]

Capítulo. 11 When the sun goes down.

Tonight there'll be some love
Tonight there'll be a ruckus, yeah, regardless of what's gone before
I want to see all of the things that we've already see

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-Allie...Alison...maldita sea, ¡Alison! – la voz fastidiada de Emilio sonaba como apenas un eco dentro de la cabeza de Alison.

-¿Qué...qué pasa? – preguntó soñolienta aún, abriendo apenas los ojos.

-Despierta...estamos por aterrizar-

Allie miró por la ventanilla del avión y todo lo que pudo ver fue el azul turquesa del mar que se perdía en el horizonte con el azul del cielo, sus ojos negros se perdían en el mar profundo que se extendía debajo de ellos y poco a poco comenzaba a ser consciente de ella y de su realidad nuevamente.

-¿Te sientes bien? – preguntó Emilio al notarla pensativa.

-Sí...solo...sueños raros, ya sabes...-

Milo asintió y se perdió en sus propios pensamientos .

Alison había pasado las cuatro horas de vuelo dormida, debido a que la noche anterior no había logrado conciliar el sueño fácilmente, agobiada por la idea de dejar a Alexander en la ciudad mientras ella se relajaba a la orilla del mar. Aquello no habría sido ningún problema, de no ser por esos sueños extraños e inquietantes que tuvo durante todo el camino, en todos y cada uno de ellos se veía a sí misma en las situaciones más desafortunadas y dolorosas que pudiera imaginar, se había visto a sí misma despidiéndose de la vida que creía tener segura con Alexander, llorando y sollozando en un cuarto vacío, con el corazón roto y el pecho vacío, y eso comenzaba a hacer mella en su ánimo, aunque intentaba convencerse a sí misma que esto no era más que la ansiedad de la separación que comenzaba a sufrir, después de todo llevaba poco más de un año pasando cada hora de sus días a lado de Alexander.

Pocos minutos después, ya dentro del aeropuerto y esperando por su equipaje, Alison comenzó a despejar su mente intentando olvidar aquel mal sueño y solo disfrutar esa semana de vacaciones con Emilio quien parecía no tener una sola preocupación en el mundo. Habían abordado el auto que los llevaría hasta el hotel mientras charlaban sobre nimiedades y admiraban lo precioso del paisaje mediterráneo que los rodeaba, todo parecía sacado de una película, todo era mágico y precioso, las callejuelas empedradas, las fachadas blancas, los techos azules que se fundían con el color del cielo, el olor a sal en el aire y la suave brisa marina que soplaba a su alrededor, todo era perfecto, todo era tal y como ella lo había imaginado.

-Vaya...Alex se lució con el regalo de cumpleaños ¿eh? – dijo Emilio mientras bajaban del auto y caminaban hacia la imponente recepción del resort.

-Ni me lo digas...odio tanto que sea así, no entiendo cuál es la necesidad de hacer todo tan lujoso-

-Alison- dijo Emilio riendo -Alexander es una estrella de rock, su vida es un lujo...¿por qué te daría menos que eso a ti? –

Allie solo rodó los ojos y caminó hasta el mostrador de la recepción, donde una chica amable y de ojos claros le sonreía desde el otro lado. Después de hacer check in y llegar hasta sus habitaciones -las cuales estaban en pisos distintos - Alison y Milo se dispusieron a descansar por un rato antes de salir y comenzar a disfrutar del sol y la brisa marina, se habían recostado sobre la cama de la habitación de Alison, mirando al techo y dejando que un silencio profundo los envolviera, sintiéndose completamente en paz.

-Si que has tenido suerte con Alex ¿eh? – dijo Emilio de pronto.

-¿A qué te refieres? –

-Pues...a todo- comenzó -Simplemente el hacer esto por ti...ese hombre te adora, Alison-