VI

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—¿Cómo que no está?— JungKook le preguntaba por tercera vez al hombre mientras se colocaba desesperadamente los zapatos.

No está, ya te dije, todas las sirvientas lo están buscando y no aparece, por un momento pensé que había ido contigo o algo.

—No señor, usted sabe que jamás me lo llevaría sin su consentimiento, ¿se fijaron afuera y en su habitación?—

Ya lo buscamos y nada, incluso le preguntamos a su abuela y ella dice que cuando llegó el niño ya no estaba.

JungKook tomó su chaqueta y se apresuró a sacar la motocicleta para conducir de nuevo a la casa del niño.

Estaba aterrado, tal vez debió esperar a que su abuela llegara, no debió dejarlo solo, se juraba que si algo le pasaba a SeoJoon jamás se lo perdonaría.

Una vez que llegó, pasó sin prestarle atención a todo el personal que buscaba al niño, comenzó a buscarlo por cada rincón de la casa, incluso lugares que ellos consideraban secretos cuando jugaban a las escondidas.

Nada.

Desesperado, subió a la habitación del niño, ahí se encontró con los señores Jeong que estaban igual o peor que él al no encontrar a su hijo.

—JungKook, ¿de verdad no fue contigo?— Esta vez habló la señora Jeong.

—Se lo aseguro señora, se quedó en casa.—

La pareja comenzó a hablar sobre las posibilidades de que el niño hubiera salido de casa, estaban tan concentrados que no vieron cuando JungKook tomó uno de los cuadernos del niño.

Analizó con cuidado la última página donde había algo escrito y se tranquilizó al por fin saber de su paradero.

Estaba a punto de decirle a sus jefes, hasta que una llamada entrante sonó en su celular, contestó con la esperanza de que fuera alguna persona que lo encontró o quizá hasta las autoridades.

—¿Hola? ¿Quién habla?—

JungKook.

Dios, esa voz, esa maravillosa voz.

—¿JiMin? A-ah, yo quiero preguntarte si de casualidad un niño-

Sí, aquí está Joon, llegó hace un momento a la florería.

Los señores Jeong escucharon la conversación y suspiraron enormemente de alivio, por fin sabían el paradero de su pequeño. Se apresuraron a ir en la camioneta junto con el azabache a la florería.

Por otro lado, un niño bastante feliz se encontraba sentado en el regazo de JiMin, en sus manos tenía una pequeña flor de margarita que el rubio le había regalado para mantenerlo ahí.

La situación fue bastante inesperada, JiMin estaba preparando un ramo cuando a la recepción llegó un pequeño niño, éste le dijo que era el hermano menor de JungKook y quería hablar con él.

Al principio le molestó la idea, pensó que se trataba de una broma del mismísimo JungKook, pero decidió escuchar al niño.

Él le dijo que su hermano mayor estaba desesperado por verlo de nuevo, no paraba de repetir que su hyung amaba al rubio, que se sentía triste por haberle mentido y que no se rendiría hasta recuperarlo.

A JiMin se le alborotó el corazón al escuchar eso, y es que desde esa noche no había dejado de pensar en el azabache, estaba tan molesto con él que el simple hecho de recordarlo le provocaba ira.

¡𝐄𝐬𝐞 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐧𝐨𝐯𝐢𝐨! | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora