¡𝐄𝐬𝐞 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐧𝐨𝐯𝐢𝐨! | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧 |

IV

JungKook jamás había conducido tan rápido como lo estaba haciendo esa vez.

Y es que cuando TaeHyung desapareció de su vista, el azabache no dudó en tomar de nuevo el vehículo y conducir hasta la casa de JiMin. No faltaba mucho, un par de cuadras, pero es que de verdad se sentía ansioso.

Lo ponía nervioso el imaginar que TaeHyung iba a su casa y le contase todo, no iba a permitirlo.

Cuando finalmente llegó, comenzó a escuchar una pequeña vocecita dentro de su cabeza, su conciencia.

Eres un egoísta de mierda, dices que él merece ser amado y le estás mintiendo.

Él va a odiarte si se entera de todo, te lo tienes bien merecido.

JiMin no merece que alguien como tú esté con él.

—Ya cállate.— Se dijo a sí mismo.

Quitó el casco de su cabeza y lo llevo consigo hasta subir al piso donde JiMin vivía. Una vez ahí, llamó a la puerta y se sintió ansioso al tener que esperar un poco.

Casi tira su casco cuando JiMin por fin salió y estaba en una llamada.

—¡P-puedo explicarlo, no era mi intención!—

—Shhh, hablo con NamJoonie, pasa.— El rubio se hizo a un lado para que el chico pudiera pasar, JungKook suspiró aliviado y entró al departamento, la última vez no pudo verlo muy bien debido a que llevaba prisa y sólo se concentró en preparar el desayuno aquella vez.

Ahora que lo miraba bien, se veía bastante bonito, bien decorado en un estilo minimalista y todo en colores claros, había algunas fotografías de su chico cuando era pequeño, en algunas de ellas se le veía con una mujer que supuso era su madre.

JiMin colgó la llamada pronto y lo miró con curiosidad, hace apenas un rato se vieron y ahora JungKook se veía extraño, sudoroso y ansioso.

—JungKookie, ¿estás bien?—

El rubio se acercó a su lado y se dio cuenta de algo rápidamente, la cara le ardía y sudaba, seguramente tenía fiebre. Se fijó aún más y se dio cuenta de que el chico no llevaba nada encima además de su camiseta.

—Por Dios JungKook, ¿por qué saliste así de repente y sin abrigo?— JiMin lo llevó hasta la habitación y comenzó a sacar ropa que pensó sería más cómoda y al menos le quedaría a su gran amigo.

El azabache no contestó, y es que no tenía nada para excusar su repentina llegada. Tan solo se cambió con la ropa que JiMin le dio y aceptó recostarse para que éste le tomara la temperatura.

—Lo siento, quería verte.— Mintió, aunque no del todo.

JiMin lo miró un tanto confundido, pero decidió no preguntar más, tal vez JungKook sólo quería compañía.

—Está bien, pero cuando quieras venir por favor usa una chaqueta o algo, no quiero que vuelvas a enfermarte.—

A pesar del ligero regaño del rubio, JungKook sonrió al confirmar que TaeHyung aún no abría la boca.

Y de nuevo su conciencia le habló.

Dile la verdad o te vas a arrepentir.

Él no merece que lo engañes.

Si aclaras las cosas desde ahora, tal vez te perdone.

¡Dile la verdad JungKook!

—JungKook.— Llamó por tercera vez el rubio.

Jeon sacudió un poco su cabeza, intentando esfumar todos los pensamientos que inundaban su mente en ese momento.

—Lo siento, me distraje, ¿qué decías?—