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Un TaeHyung con resaca despertaba de manera lenta al sentir el brillo del sol en sus ojos, sus párpados pesaban en demasía y pronto las náuseas se hicieron presentes en su cuerpo, tenía ganas de vomitar todo lo que comió la noche anterior.

La noche anterior.

¡Oh mierda!

Rápidamente se levantó en busca de su celular, lo encontró debajo del sofá y a duras penas tenía algo de batería. Lo desbloqueó y buscó lo que tanto temía.

Minnie (25) 3:22 am

El nombre en color rojo del contacto se podía apreciar, significaba que la persona detrás del celular nunca contestó y posiblemente hasta bloqueó el número. Mierda, TaeHyung se jaló el cabello frustrado y suspiró pesadamente, le llamó a su ex estando borracho y seguramente éste estaba más que enojado por eso. Una de las cosas que JiMin más odiaba era el alcohol.

—Maldita sea—. Se recostó en el sofá y sobó su sien, en un intento por desvanecer el dolor de cabeza que empezaba a formarse. Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no notó una segunda presencia en la habitación, su mejor amigo estaba de pie presenciando todo mientras lavaba sus dientes, retuvo la poca pasta dental que tenía y se acercó a él.

—¿Qué te pasa?— Preguntó mientras se sentaba a su lado.

TaeHyung lo miró con molestia y levantó el celular para que viera la causa de su malestar. Jeon pareció comprender y asintió a modo de afirmación. Luego se levantó en dirección al baño y escupió el contenido de su boca, enjuagando con agua cualquier resto que pudiese haber quedado.

A su lado, su amigo llegó y dejó caer su peso en la esquina del baño, justo en la orilla de la puerta.

—No puedo creer que no me detuviste antes de llamarle.— Le dio un sape no muy fuerte hasta que el azabache se carcajeó.

—No digas que no lo intenté, quise quitarte el celular, pero te negabas y casi me lanzas un florero.— Bebió un poco de enjuague bucal.

—Seguro Minnie está enfadado ahora, mi oportunidad de volver a hablarle se esfumó.— Mencionó melancólico el castaño, frunciendo el ceño al recordar su tontería.

—Bueno, deberías encontrar otra forma hyung.— Pasó un trozo de hilo dental entre sus dientes frontales. —Tengo que ir a trabajar, hay comida en el microondas por si quieres, si no, métela al refrigerador una vez que esté fría y ordena la cama donde dormiste.—

El azabache estaba a punto de salir de la casa, estaba colocando sus zapatos hasta que sintió un jalón en su chaqueta.

—JungKook, me ayudarás a regresar con JiMin ¿verdad?—

Jeon se quedó estático en su lugar al oír eso, realmente esperaba que su hyung olvidase esa idea tonta luego de la borrachera que se dio. Seguía creyendo que era una idea muy mala.

—Tae, de verdad no creo que eso funcione.— Acomodó su mochila. —Además, JiMin no se merece que lo engañen solo para que tú tengas otra oportunidad, nos vemos.—

—¡JungKook!— Le llamó. —Por favor, eres lo más cercano al tipo de JiMin, si me ayudas yo volveré con él, sabes cuanto lo quiero.—

—No sé hyung él es muy bueno para hacerle eso, me sentiría muy mal fingiendo que lo quiero.— El azabache estaba dispuesto a irse una vez más, hasta que su amigo lo tomó por los hombros y lo obligó a verlo.

—Por favor Kook, haz esto por mí, es lo que los amigos hacen, somos amigos ¿no?— Sí, el chantaje a veces podía ser un arma de doble filo.

—Lo somos... argh no lo sé, debo ir a trabajar ahora, pero hablamos más tarde hyung.— Dicho esto, Jeon salió de su casa y suspiró, las palabras de TaeHyung no dejaban de repetirse en su cabeza, incluso cuando llegó a su trabajo, una gran, que digo gran, enorme casa en los barrios más caros de toda Corea.

¡𝐄𝐬𝐞 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐧𝐨𝐯𝐢𝐨! | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora