—Entonces... ¿De dónde sacaste un objeto de tres toneladas?
Nikola cierra los ojos y sonríe complacido mientras la taza de té en sus manos era servida por el mismo anfitrión.
—Es un secreto. —respondió—. No privo al mundo de mis investigaciones, pero por el momento, el cómo conseguí los materiales es información confidencial.
Las miradas de los Einherjar se posan sin demora sobre el emperador chino, quien poseía una fuerte amistad con el científico y ante la pregunta silenciosa, Qin Shi Huang negó con la cabeza.
—Ni a mí ha querido decirme. —suspiró dramático—. Probablemente Göndul debe conseguirle sus juguetes.
El emperador tiene una idea de quién podría ser el proveedor de cosas de las que Nikola podría aprovechar sin necesidad de buscar en la tierra en la que alguna vez vivieron, pero no lo cree capaz, después de todo, desde el regreso de Hades del Niflheim, aquel tipo no se le había despegado al rey del inframundo... Era igual a una mosca.
—Lo bueno aquí es que Poseidón no te ha vuelto a molestar, ¿verdad? —Adán dijo con recelo—. La próxima vez no voy a ser tolerante, ni siquiera si mis hijos me ruegan.
—No se preocupe, padre. Estos días, Poseidón ha sido... tranquilo.
—¡Eh! —Nostradamus sonrió ladino—. ¿Por qué dudas?
—No dudo, sólo que es difícil describir a una persona la cual apenas recuerdas que está ahí. —Nikola respondió—. Me encierro tanto en mi trabajo, que es Göndul quien me tiene que recordar que él está ahí.
—Me pregunto qué tanto le afectará al ego del niño bonito que lo ignores así. —rió Raiden.
—Probablemente no debe afectarle. —Jack fue quien habló—. Si el dios del mar estaba reacio a cooperar, que los días pasen sin necesidad de contribuir, aún mejor para él.
—Pero estamos hablando del dios con el ego más elevado del Valhalla. —Kojiro secundó en la conversación—. Si Nikola lo estuvo halagando estos días, no recibir más palabras bonitas sí que le va a afectar.
—Para eso estás tú, Kojiro. —Qin Shi Huang palmeó su hombro una vez—. Haz que se encariñe contigo para que pueda dejar a Nikola libre.
—¿Acaso tengo cara de caballo para volverme una ofrenda? —el espadachín suspiró con agotamiento—. Estos días de paz han sido asombrosos.
Los humanos ríen ante la desgracia del espadachín. Había sido una tradición burlarse de la penumbra de Sasaki Kojiro ante el regreso del dios Poseidón del Niflheim y la rivalidad del dios ante él. Algunos lo hacen por diversión y comprensión, no todas las relaciones entre dioses y humanos eran dignas de respeto, admiración y amistad. Léonidas era el que mejor lo sabía.
El resto del día la pasan en la casa de Jack El Destripador, el anfitrión les ofrece té y dulces para acompañar, Hlökk luego aparece porque su relación con el Einherjar se había fortalecido después del enfrentamiento y se habían vuelto mejores amigos. Era la única Valquiria en participar en dichas reuniones.
El día terminó luego de una experiencia amena y cálida entre los diferentes peleadores de la humanidad. Algunos no emitieron muchos comentarios, fueron felices escuchando, las carcajadas inundaron la sala de reunión y la hermandad fue un sentimiento que llenó sus corazones por mucho que las diferencias culturales fueran abismales.
Cada Einherjar se separó en la entrada de la casa de Jack que, por problemas con su pasado y el disgusto de muchos dioses, se encontraba alejado del resto de hogares entre dioses menores y familias. A Jack no le disgusta, suele ser visitado a menudo por Heracles y Hlökk que hacen que no resienta la soledad.
ESTÁS LEYENDO
˚✧·𝐀 𝐥𝐚 𝐨𝐫𝐢𝐥𝐥𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐫 ·✧˚
Romance𝖣𝖾 𝗏𝖺𝖼𝖺𝖼𝗂𝗈𝗇𝖾𝗌 𝖾𝗇 𝗎𝗇 𝗉𝗎𝖾𝖻𝗅𝗈 𝖼𝗈𝗅𝗂𝗇𝖽𝖺𝗇𝗍𝖾 𝖺𝗅 𝗆𝖺𝗋, 𝖭𝗂𝗄𝗈𝗅𝖺 𝖳𝖾𝗌𝗅𝖺 𝖾𝗇𝖼𝗎𝖾𝗇𝗍𝗋𝖺 𝗎𝗇 𝗁𝗈𝗆𝖻𝗋𝖾 𝗁𝖾𝗋𝗂𝖽𝗈 𝖺 𝗅𝖺 𝗈𝗋𝗂𝗅𝗅𝖺 𝖽𝖾 𝗅𝖺𝗌 𝗈𝗅𝖺𝗌 𝗒 𝖽𝖾𝖼𝗂𝖽𝖾 𝖺𝗒𝗎𝖽𝖺𝗋𝗅𝗈. 𝖤𝗅 𝗁𝗈𝗆𝖻𝗋�...