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Qin Shi Huang está recostado en la silla giratoria con ruedas de Nikola Tesla, es un asiento que puede reclinarse e increíble creación de la humanidad, con el rostro dirigido al techo con pesar mientras el científico está de pie trabajando frente a su escritorio a lado de una compañía que a Qin no le gusta del todo.

—¿Crees que exagero? —preguntó el emperador torciendo la boca.

—Los celos son un sentimiento natural en el ser humano, incluso los dioses pecan de ello, no importa el tipo que sean. —Nikola respondió—. El señor Hades sólo ayuda a su hermano, pero conociendo la fama de los dioses griegos...

—Por eso mismo. Mañana regresa al Helheim y solo hemos pasado una noche en mi palacio. —Shi Huang exhaló pesadamente.

—¿No crees que alargue su estancia por esta vez?

—El señor Hades tiene trabajo que hacer, está bien organizado y completo. —respondió la voz al lado del científico humano—. Por ello rara vez deja el Helheim.

—Sé qué está ayudando a Poseidón y sólo espero que valga la pena para que pueda soportar la ausencia de Hades en los próximos meses. —el emperador chasqueó la lengua—. Agradecería que me hubiera dicho antes. Mira que no avisarme de su ausencia y dejarme plantado estos días.

Nikola no sabe cómo levantar el ánimo de Qin Shi Huang respecto al pequeño problema de pareja que había tenido con Hades. Nikola lo citó para mostrarle el avance de su prótesis y, con un ánimo diferente al usual, el emperador chino arribó silencioso y molesto soltando sus quejas que el investigador escuchó sin decir nada más.

Él no había tenido pareja y aunque le contó a Qin de alguien con quién intercambiaba correspondencia, sólo era eso, por lo que no entendía la misma situación de alguien que en vida había tenido hijos y ahora pasaba por otra relación.

El hombre trabajando a su lado suelta una risa que hace que el gobernante de ascendencia china se incorpore sobre la silla; Nikola capta el gesto de burla del señor de las moscas hacia su amigo y no quiere que exista algún otro conflicto peor.

—Sé que estás molesto, pero trata de no pensar en ello ahora. —Nikola trató de apaciguar el humor del emperador dándole una sonrisa de confort.

—¿Y en qué pienso? —Qin frunció las cejas—. ¿Qué está haciendo Belcebú aquí por cierto?

—Está ayudándome con tu prótesis. —Nikola levantó la mano izquierda—. Bel tiene amplios conocimientos en medicina, lo que podría abrir la oportunidad de trabajar con una prótesis capaz de ser unida a los nervios de tu brazo.

—¿Bel? —fue lo que pregunta Qin arqueando una ceja.

—Somos amigos. —Nikola respondió sonriente

Belcebú no responde abiertamente con un sí, pero tampoco niega el hecho.

—Como te decía. La unión a los nervios te hará capaz de mover las partes del brazo de manera natural y, si cubrimos la prótesis con injertos de piel, esa parte está completamente bajo tu criterio, podrás sentir el tacto real. ¡Básicamente! Sentirás el brazo como si nunca lo hubieses perdido. ¿No es genial?

De manera general claro que es genial, Qin no puede esperar a que dicha prótesis esté completa y poder volver a ser lo que era, lo que más anhelaba era poder tomar el rostro de Hades con ambas manos y sentir la textura de su piel. Sin embargo, hay un punto que no le termina de gustar.

—¿Belcebú te va a ayudar con eso? —cuestionó abiertamente dudoso—. No confío en un hombre que le implantó el peor demonio a un pequeño dios.

—Haces bien no confiar en mí. —Belcebú sacó un par de guantes de látex de la caja de instrumentos que traía consigo—. Conozco al parásito come carne más letal del Helheim. Luce inofensivo, pero podría devorar tu interior en una semana y no te habrías dado cuenta.

˚✧·𝐀 𝐥𝐚 𝐨𝐫𝐢𝐥𝐥𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐫 ·✧˚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora