Después de que salen todos, salimos Paola y yo. Miramos a nuestro alrededor hasta que conseguimos averiguar dónde estamos, y nos damos cuenta de que estamos donde el restaurante de comida japonesa que esta junto al centro comercial. Pienso en si vamos a comer aquí o si nos lo llevaremos aunque de todas formas no pienso dejar que paguen mi comida los demás así que les aviso de que voy a hacer una llamada y que ahora vuelvo. Llamo a mi hermana, y Paola hace lo mismo.
-Hola Ale. ¿Me oyes bien?
-Hola Andrea. Si te oigo perfectamente ¿a qué se debe tu llamada?- dice con su dulce tono de voz.-
-Pues se debe a que necesito que me hagas un pequeño favor. Me puedes traer hasta el japonés que está donde el centro comercial unos cincuenta euros de la caja que está en mi mesita. ¿Sabes cuál es?
-Mmm... sí creo que sí. Bueno pues te lo acerco en unos quince minutos. Chao.
-Chao Ale.
Tras colgar le pregunto a Paola qué le ha dicho su hermana y ella me contesta que le ha dicho que sí que llegará dentro de poco y yo le digo que mi hermana también ha accedido a traérmelo, pero entonces Paola me dice:
-Bueno Andrea espero que no te moleste que le haya invitado a que venga con nosotras y que conozca a Abraham.
-No, no me importa. Me puedes esperar un momento voy a volver a llamar a Ale.