Capitulo 8

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Después de una media hora en la furgoneta hablando nos vuelve a interrumpir la voz del conductor diciendo que hemos llegado a nuestro último destino. En ese mismo momento pienso en si era ese el lugar que no nos quería revelar Abraham, de modo que se lo pregunto:

-Abraham, ¿era éste el lugar que no nos querías contar?

-Sí, Andrea.

A continuación le susurra algo a Aroa y ella dice:

-Bueno chicos bajando.

Sin saber que le susurró, opté por bajar con los demás de la furgoneta, pero Abraham me coge de la muñeca y me para antes de pisar el suelo del exterior y me arrastra hacia él. Por la fuerza ejercida por él para tirar de mi casi me caigo y antes de llegar al suelo logro apoyar la mano en algún lugar para no hacerme daño al caer de modo que me cojo a lo primero que encuentro que resulta ser su pierna por lo que Abraham suelta:

-¡Eh! ¿No crees que vas un poco rápido para habernos... -rectifica- bueno para haberte conocido hace solo tres horas?-dice entre risas, y me fijo en su perfecta sonrisa por primera vez y pienso que es más bonita en la realidad que en los posters de las revistas BRAVO.

-¡Uy! Perdón. Yo...-me corta

-No, no pasa nada te entiendo jejeje- dice mientras me acomoda un rizo detrás de la oreja.

-Gracias- miro hacia abajo mientras empiezo a sentir calor en mis mejillas- ¿y qué es lo que querías decirme?

-¡ah! Sí, se me olvidaba bueno ya nada.

Me aparta de su camino con suavidad y baja de la furgoneta.

Abraham mateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora