Después de estar hablando con la madre de Abraham, éste le dice:
-Bueno mamá, vamos a irnos para dentro ya que va en vestido y está empezando a hacer un poquito de frío y no quiero que se me congele.
Estaba tan embaucada en la conversación que no me di cuenta de cuando empecé a tiritar. Mientras entro con Abraham en el vestíbulo del edificio y me despido de su buena madre Abraham se burla de mi por lo amable que he sido hablándole de usted.
En la entrada del edificio las paredes son completamente blancas. A la derecha hay como una pequeña recepción y detrás de ésta hay un hombre alto, castaño y de tez morena. Giramos a la izquierda y entramos en una sala muy amplia con discos colgados por las paredes. Miro al frente y me encuentro a todos los demás formando una especie de corrillo, riéndose mientras observan algo que no llego a ver, pero que por lo que parece Abraham si ha podido y se lo está quitando de la mano a Hugo. Cuando lo tiene en la mano Abraham, me doy cuenta de que es la foto de un niño pequeño... desnudo!
-Venga, tío, solo queríamos divertirnos y echarnos unas risas. -Comenta Hugo.-Además son tus fans, tienen derecho a ver fotos de su ídolo de peque.- ¿Así que ese niño tan mono desnudo encima de la hierba era él?
-No, Hugo. Si os queréis reír no me metáis a mi, enséñales fotos tuyas haciendo es tonto, así sí que se iban a reír, y mucho.-Añade Abraham con un tono de enfado, y abandona la sala.
Yo le sigo para intentar calmarle