El llamado (El despertar # 3)

Capítulo 1: Muerte espiritual

          Siento como si el tiempo se hubiera detenido y las cosas simplemente sucedieran a mi alrededor sin que yo tenga control sobre ellas, soy incapaz de moverme pero aun así me traslado de un lugar a otro, todo lo que me rodea es negro y únicamente puedo captar sonidos distorsionados que provienen de distintas direcciones... no quiero estar aquí, solo deseo dejarme llevar y que mi cuerpo desaparezca para ya no tener que sentir dolor nunca más.

          Los sonidos se hacen más fuertes y esta vez están acompañados de imágenes borrosas que me resultan familiares, pero nada de eso importa, la sensación de vacío es indescriptible... recuerdos que desaparecen, memorias que se pierden, antiguas promesas que no pudieron ser cumplidas, todo se junta en este abismo interminable del cual me he vuelto prisionera... y lo peor de todo es que yo misma poseo la llave que puede liberarme pero tengo mucho miedo de utilizarla.

          Johann: ¡Lumiere! ¡¿Puedes escucharme?! ¡Mierda!

          Tundra: ¿Qué le ocurre? Cuando la encontramos gritó de una manera que incluso a mí me provocó escalofríos y desde entonces ha estado inmóvil ¿Qué significa esto?

          Paddock: Vio morir a Etoile, eso debió causarle el mayor dolor de su vida... sin embargo, no la veía de esta manera desde que tuvo aquella horrible experiencia en la mazmorra.

          Mujer: Por lo que puedo ver, su mundo interno se ha fragmentado debido a tanto dolor físico y emocional.

          Paddock: ¿De nuevo? ¿Cuántas veces puede soportar eso una persona?

          Acostaron a Lumiere en el suelo y todos la observaron con mucha preocupación... Johann la tomó de la mano.

          Johann: Por favor resiste, sé que la vida ha sido muy injusta contigo pero si algo nos has demostrado a todos es que siempre encuentras la manera de sobreponerte.

          Tundra colocó su mano sobre el hombro de Johann.

          Tundra: ¿Tú cómo estás? Ya sabes... después de lo que tuviste que hacer.

          Johann: Lumiere estaba inmóvil, así que no tuve otra opción... dejar atrás el cuerpo de Pierce no es algo que me enorgullezca, pero tenía que hacerlo para mantener a salvo a mi chica... desafortunadamente eso también implicó abandonar a Etoile.

          Tundra: Yo también hubiera deseado darle un entierro digno a ambos, por lo menos pudimos salvar el cuerpo de Lehman... todo pasó tan rápido.

          Johann: Menos mal que esta cabaña sigue en pie a pesar de lo ocurrido, vaya que este terreno baldío resultó ser un buen refugio... esperemos que pueda seguir ocultándonos el mayor tiempo posible.

          Tundra: ¿Estás seguro de que nadie nos vio entrar?

          Johann: Eso creo, Shadow estaba tan confiado que después de arrojarnos ese ataque se olvidó completamente de nosotros.

          Al escuchar ese nombre, Punkette golpeó una de las paredes con tanta fuerza que su puño comenzó a sangrar... los miembros de la hermandad se acercaron a ella para tratar de confortarla.

          Hombre: Entiendo perfectamente cómo te debes estar sintiendo, pero lastimarte tú sola no nos ayudará en nada.

          Punkette: Incluso con su tercer ojo no creo que puedan comprender cómo me estoy sintiendo... ese nefasto ser, responsable de cubrir nuestro planeta de oscuridad y de matar a varios de los nuestros fue alguna vez alguien en quien yo confié, llegué incluso a considerarlo mi mejor amigo y mi única familia... debí saber que esto pasaría ¡Yo siempre supe de lo que era capaz desde que lo vi por primera vez! ¡Gran parte de esto es mi culpa! ¡Debí ponerle un alto desde hace años!