𝑫𝒐 𝒚𝒐𝒖 𝒕𝒓𝒖𝒔𝒕 𝒎𝒆? - 𝑾𝒐𝒐𝒍𝒚 𝒂𝒏𝒅 𝒚𝒐𝒖

OO1

[...]

Mis padres cambiaron de canal, me enojé.

La reportera hablaba y hablaba, hasta que me percaté que ella estaba en la casa de la vecina, y la vecina lloraba; mi madre tenía una mirada de preocupación y la de mi padre igual. Escuché el nombre de Lauren, la hija de la vecina, jugaba con ella los fines de semana ¿Por qué ella estaría involucrada en algo tan atroz?
Escuché “desaparición” en una de sus conversaciones, tenía tantas dudas y preguntas que hacer, me aburría escuchar tantas conversaciones de adultos, pero me intrigaba. Cuando pregunté, mis padres me mandaron a mi cuarto, seguía aún molesta al no darme ni una sola explicación; así que prendí mi TV y terminar de ver el episodio que me estaba perdiendo de Amanda The Adventurer.

Oh no! Wooly tuvo un accidente! Un accidente es cuando pasa algo malo, pero no es culpa de nadie. — divisé a Wooly al lado de Amanda, llorando — Los accidentes pueden pasar en casa, en la escuela, en la zona de juegos... Te puedes lastimar en cualquier lugar.
A las 3:45 de la tarde, estábamos jugando, Wooly se tropezó y cayó.
Yo... yo nunca me tro-... — Amanda lo interrumpió y siguió hablando — ¿dónde parece que a Wooly le duele?

Respondí accidentalmente su codo, porque me estaba rascando en esa parte, pero Amanda se enojó, estaba algo intolerante y alterada. Creí que el televisor se había descompuesto, pero luego noté bien su rodilla y lo dije, Amanda me felicitó y me siguió preguntando acerca de a qué doctor debería ver Wooly.

Al terminar el episodio, Amanda apareció en la pantalla y me miró fijamente, no sabía qué estaba pasando y me estaba asustando, el fondo no estaba animado, no estaba en ningún lugar, estaba negro y cuando estaba por empezar a hablar, mi mamá me llamó.

________! Ven a comer, ya está servido! —gritó desde abajo—

Me centré en la pantalla del televisor, como si estuviera hipnotizada por sus pupilas.

Hoy tenemos una fiesta especial para ti, no puedes faltar a ella, ¿Qué dices, vienes? La hice especialmente para ti —me sonrió—

Inocente, acepté.

Parpadeé.

En un segundo estaba ahí, los árboles y los arbustos se movían y tenían ojos...