7. Finalmente casa

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Avonlea

La estación del pueblo estaba llena aquella tarde, desde padres y madres hasta caballos y carruajes rebosaban en la espera para recibir a los jóvenes adultos

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La estación del pueblo estaba llena aquella tarde, desde padres y madres hasta caballos y carruajes rebosaban en la espera para recibir a los jóvenes adultos.

El tren hizo sonar la bocina de llegada y entre el humo y las risas empezaron a descender. Desde las ventanas Anne logro ver a Matthew y Marilla, además de los dos pequeños que debían ser David y Dora, los niños que estaban cuidando.

La alegría la sobrepasaba cuando Ruby la tomó de la mano y la arrastró fuera del tren. Dayana tuvo que hacérselas para bajar su equipaje mientras hacía señales a su padre.

–¡Ahí está! ¡Ahí está! –gritaba Ruby eufórica cuando vio a Moody esperándola con un ramo de flores blancas y amarillas.

Apenas pisaron tierra Ruby soltó a Anne y Dayana y corrió hacia su enamorado. Moody por otro lado estaba nervioso, y por lo que pudo notar se veía más alto, y más maduro. Le dio una sonrisa dulce y la abrazó con cariño discreto.

–Para ti.. –le entregó las flores que de cerca parecían más secas y maltratadas. Pero la rubia las tomó con alegría y no soltó su brazo cuando empezaron a hablar.

–Será mejor que nos vayamos –dijo Dayana  pero Anne no podía apartar la vista.

Era un gesto tan hermoso que se moría de ansias por ver a Gilbert. Lo buscaba con la mirada desde antes de ver a Matthew o Marilla, desde antes de llegar incluso. Con la espera, una sonrisa se anchaba en sus labios mientras trataba de llegar al carruaje donde la esperaban. Pero el camino se hacía más largo y seguía sin ver a Gilbert.

Cuando finalmente llegó Matthew la abrazó con premura y Anne soltó una risa anhelada.
–Oh..Anne –dijo aliviado. La luz del sol se asentó en los ojos azules de la pelirroja y el viejo hombre no pudo ser más feliz.

Igual que ella.

Anne

–No te imaginas lo que tuvimos que pasar para llegar a tiempo, y que Matthew nos dejara tranquilos –dice Marilla con una sonrisa mientras me abraza.

Lo siguiente que veo es a dos niños detrás de ellos. La niña es preciosa, con cabello rubio y ojos verdes, es tímida pero muy dulce. Se aproxima y me da la mano con recelo pero trato de tranquilizarla con una sonrisa.

En cuanto a Dave, es brusco y travieso. Sale por las espaldas de Matthew y lo asusta para seguir con Bell.

–He oído mucho de ti Dave –trato de sonar divertida.

–Matthew dice que eres parlanchina, no vayas a hablar demasiado en el camino de regreso –suelta seguro y sube al carruaje. Todos nos quedamos de Piedra y empezamos a reír.

"Anne with an E" Temporada 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora