Me quede sin palabras.
Mis piernas flaquearon dejándome en el suelo cayendo arrodillada, sin importarme que podría cortarme con los fragmentos de la botella de tequila rota, no podía creer lo que mis oídos habían escuchado, estaba comprometida, iba a casarme...no, no podía procesar aquello.
Me quedé viendo los pedazos quebrados y tuve la sensación que eran como yo en este momento, no había hecho gran cosa con mi vida hasta ahora pese a las oportunidades que me dieron mis padres, luego de terminar con mi novio estuve por mucho tiempo fuera de control y ahora...esos desgraciados hombres creían que la mejor forma de juntar los pedazos era casándome.
Seguro creerían que, porque tenía un amor juvenil por Luciano Gotti este podría juntar los pedazos rotos de mi vida y enderezarme, o quizás solo esperaban que el problema pasara a alguien más. No me pasó desapercibido la forma en que Laurent miraba a Luciano acusadoramente, parecían haber más cosas de las que debía enterarme.
¿Qué podría hacer? ¿Solo aceptarlo y ya? Si me negaba a una orden directa de mi hermano, seria relegada por la familia, nadie querría problemas con el capo famiglia.
Si quería seguir gozando de los privilegios de mi apellido debía seguir los planes que determinaron para mí.
—¿Cuándo...cuando? — no podía pensar en nada más si no cuanto tiempo tenía antes que tuviera que unirme forzosamente a él. Laurent se agacho a mi lado para poner sus manos en mis hombros, tomo mi barbilla en sus manos para que la mirara, parecía alterada al ver mi expresión.
—No debes preocuparte por eso ahora— le dio la orden a Luciano para que saliera del lugar, el parecía estar tan conmocionado por mi reacción que salió sin discutir, cuando el hombre que yo conocía no me hubiera dejado en una zona desconocida.
Mi amiga me ayudo a levantarme y sentarme en una silla cercana.
—¡Mira este desastre! — exclamo viendo que algunos vidrios se habían incrustado al arrodillarme, trajo un botiquín de primeros auxilios para ayudar a quitarme los fragmentos y se sentó frente a mí, viéndome sumergida en mis pensamientos me ayudo sin decir palabra.
—¿Desde cuando lo sabes? — pregunto finalmente después de unos minutos.
Seguramente había muchos comentarios circulando, no era posible tener esto demasiado en secreto, la organización criminal se tomaba muy enserio las alianzas y en especial los matrimonios, los preparativos serian astronómicos, no creía que fuera posible que hubiera ignorado las señales.
¿Qué clase de señales había? ¿Por qué no las vi?
Tenía que pensar en la desaparición constante de mi madre para reunirse con su grupo de amigas a jugar cartas, se habían vuelto más frecuentes de lo normal, pero pensé que era una crisis por la tercera edad, mi padre había estado teniendo reuniones secretas, aunque eso no era extraño, siempre fue así, incluso cuando mi hermano asumió el liderazgo, papá jamás dejo de mover los hilos.
¿Raffaele siendo un dolor en el culo? Eso era bastante común.
No entendía como pudieron mentirme de forma tan descarada.
—No lo sabía hasta hace un par de días, un buen amigo de mi padre se embriago y empezó a hablar sobre los preparativos, decían que era un dolor en el trasero tener que ser tan precavidos— ella me dio una mirada triste — pensé que sabias la verdad.
Ojalá la hubiera sabido antes, pero eso habría otra interrogante, ¿Por qué me querían muerta?
Laurent era bastante inteligente, podía leerme como si se tratara de un libro abierto.
—Algunos hombres no reconocen a Raffaele como su líder, piensan que debería haber una nueva votación y no ser algo por sucesión sanguínea— podía entender el mensaje que estaban dando, yo misma me planteaba a veces el que fuera mi hermano quien tomara las decisiones ahora hombres mucho mayores siendo liderados por un niño, debía ser una especie de insultos para ellos.
—Raffaele es implacable, después de esto solo harán que valla contra ellos— y no será exactamente para charlar.
No aprobaba sus métodos, pero de vez en cuando venía bien una limpieza social en la organización.
Mi amiga me dio una larga mirada, como si ocultara varios secretos.
—Querida...nos conocemos por muchos años y por todo nuestro tiempo de amistad te diré que tu hermano, esta jugando cartas muy importantes, tu matrimonio es vital para consolidar el poder de tu familia en el poder— sabía que los Gotti eran quienes poseían los hombres más sangrientos, podían considerarse como los asesinos por excelente en la mafia, aunque no estaba segura que tuvieran esa clase de poder militar como para ser una pieza clave, a menos que...fuera el padre de Luciano el que deseara ser el nuevo líder.
—¿Es el padre de Luciano? — los ojos de mi amiga brillaron con un toque maldadoso.
Limpio mis heridas y se alejo sin darme una respuesta.
Repetí mi pregunta esperando.
Se apoyo en un estante al otro lado de la oficina viéndose poderosa en su posición de gerente del LUX, podía ver como el poder y las confabulaciones habían hecho mella en ella, ahora era una mujer empoderada llena de secretos, así como conexiones.
—No puedo afirmarlo— su tono se había vuelto más pausado — llegan toda clase de rumores por nuestra línea de trabajo, pero nada es seguro, solo te diré que debes tener cuidado en quien confías porque no todo el que se viste de cordero lo es.
Había escuchado esa frase antes, pero pensé que las cosas habían cambiado, los hombres que pelearon junto a mi padre para hacernos un nombre, habían arriesgado sus vidas incontables veces y pasaron por cosas muy duras como para dejarse nublar el juicio por algo de poder.
—¿Y qué hay de mi boda? ¿Sabes algo más? — ella mordió su labio indecisa.
—Se que tus padres programaron una prueba del vestido para ti la próxima semana, así que pronto anunciaran el compromiso— maldije por lo bajo.
Me levante de la silla sintiendo mucho dolor, ahora tendría que lidiar con lo que estaba pasando por mi cuenta, debía descubrir quien estaba orquestando un plan contra mi hermano y me consideraba una amenaza para sus planes, también tendría que encargarme de retrasar la boda.
No podría negarme ahora, pero buscaría la forma de sacar provechó de la situación. Solo me casaría con un hombre que amara realmente y no por la imposición de una organización. Hubo un golpe en la puerta de madera, tome como pude un abre cartas del escritorio y mi amiga saco un arma.
Luciano Gotti asomo su cabeza cautelosamente.
—Deberíamos irnos ahora— su voz tenía un toque de angustia.
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Heredera de la mafia
RomanceVictoria Gambino ha tenido una mala racha, su prometido la abandono y su padre le entrego el control de la familia a su hermano Raffaele. Luego de ser secuestrada por el temerario Luciano Gotti su mundo dará una vuelta de 360°, viéndose en vuelta en...