El señor de Oscuro

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Su sonrisa enigmática era todo lo que podía ver, era sin duda un hombre muy especial.

—Ambos podemos sacar provecho a este matrimonio, las generaciones están cambiando y el negocio también— eso me hacía sentir feliz que tuviera una mente abierta para las cosas, pero Luciano no era un hombre conocido por ser esa clase de hombre que da desinteresadamente.

—¿Y eso cuanto va a costarme? — puse una de mis manos en su hombro — porque dudo que una vez, que él acepto, tengas muchas ganancias.

Sus ojos brillaron con malicia.

—Te daré un porcentaje en el negocio— eso sonaba mejor, acerque un poco más su cara a la mía, podía sentir como su respiración cambiaba con la cercanía — ¿El cinco por ciento?

Las ganancias netas del negocio se dividían por igual entre las cinco familias principales, cada implicado, tenía su sueldo y prestaciones para asegurar su lealtad, incluso había un fondo destinado para darle algo a las familias en caso de deceso o llegar a la cárcel, habían organizado su propio equipo legal tan fortalecido como el de cualquier empresa multinacional.

Al ser el nuevo sucesor de su padre seguramente cuando nos casáramos, obtendría el veinte por ciento que le corresponde por su participación, aunque eso debería servir también para el mantenimiento de sus padres y demás familiares, siendo justa estaba ofreciéndome una suma considerable y estaba convencida que podría presionarlo un poco más para que cediera.

—¿Podría pedir un poco más? — mi voz tenía un deje de risa—¿O es tu última oferta?

El soltó una risa.

—¿Así quieres comenzar nuestra relación? — eso me hizo pensar en mi ex prometido que estaba afuera, no estaba esperando embarcarme en una relación amorosa tan rápido y menos con alguien por el que tenía sentimientos encontrados.

Tenía sentimientos profundos por el desde que era niña, teníamos mucha historia juntos y una parte de mi tenía miedo de cruzar la línea, aun podíamos retroceder, solo nos habíamos besado, pero no sabía si llegar hasta las últimas consecuencias juntos.

—¿Relación? Esa es una manera de verlo— trataba de seleccionar mis palabras con cuidado — Aun estoy demasiado afectada por mi relación pasada, no sería justo para ninguno de los dos iniciar algo así, pero podemos poner algunas reglas para tener una buena convivencia.

—¿Entonces aceptas casarte conmigo? — eso me hizo reír.

Cruce mis brazos debajo de mis pechos.

—Aun no estoy segura— mis ojos se quedaron viendo el suelo— no me gusta como deciden como si yo no fuera nada más que un objeto, pero sé que no me quedan muchas opciones si quiero seguirle hablando a mi familia, además si no es contigo, mi hermano conseguirá con quien casarme.

El pareció querer decir algo, pero hice un movimiento con mi mano para que guardara silencio.

—Podemos ser una pareja mientras decido que hacer y espero seas comprensivo, no quiero darte falsas esperanzas y que no me presiones— me sentía intimidada, levante mi vista viéndolo lleno de emociones — puede que nos casemos como puede que no, pero mientras eso pasa seremos una pareja.

La mano de él se acercó a mi mejilla para poner un mechón rebelde de cabello detrás de mi oreja.

—Serás mi esposa— me soltó con completa seguridad.

Me sentí bastante ofendida por la forma en que estaba completamente seguro de que caería a sus pies, aunque fuera solo una fachada, no me gustaba que creyera que tenía esa clase de poder sobre mí. Él se dio cuenta que estaba molesta, entonces sus dedos acariciaron mi mentón hasta llegar a mi mandíbula acercando su boca a la mía.

—¿Qué haremos con tu ex? — mordí mi labio.

Una parte de mí estaba casi segura de que tenía celos.

Sonreí con suficiencia, aunque por dentro me sentía muy insegura, no estaba segura de cómo iban a darse las cosas, después de todo teníamos mucho tiempo sin vernos.

—Solamente vamos a demostrarle lo que se perdió— esperaba verme como una mujer empoderada, aunque los rumores eran muy veloces entre nuestros amigos, aunque él no pertenecía al mundo de la mafia, solo era parte de la alta sociedad.

Entendí entonces lo mucho que me entendía Luciano.

Se inclino para susurrar algo a mi oído.

—No te preocupes, estaré contigo— giro el pomo de la puerta con cuidado.

Quería preguntarle si me veía bien o necesitaba arreglar mi cabello, pero no me anime a hacerlo, no quería que me viera de forma insegura o vulnerable, en este medio sería una catástrofe y más porque ya había arruinado la reputación de mi familia lo suficiente.

Cuando salimos al exterior parecía que nada hubiera pasado, las personas parecían tener una gran adrenalina en sus cuerpos, gritando y riendo en base a las apuestas que estaban dando. Mi amiga Laurent estaba cerca del final del lugar donde había una turba de hombres gritando en un cuadrilátero de AMM.

No podía ver a mi ex aun, suspiré aliviada, cuando la puerta se cerró me hice más consciente del hombre que tenía a mi lado que me miraba con mucho interés.

—¿Qué haremos ahora? — el pareció divertido, estaba segura que se contuvo de hacer algún comentario tonto para no arruinar el momento.

—Si no tenemos que irnos, podemos buscarnos una habitación— pude ver que hizo una mueca de dolor a pesar de su comentario atrevido, recordé que hace unas horas nos habían atacado, podía estar herido y ni siquiera me había preocupado porque algo le pasara.

Me sentí culpable.

—Busquemos entonces a Laurent— señale con mi cabeza para la dirección en que ella estaba.

Nos dirigimos hacia allá, cuando algo llamo mi atención, conocía a los hombres que estaban apostando cerca de mi amiga, no podía recordar bien de donde, pero conforme nos acercábamos procese que se trataban de los amigos íntimos de mi ex, si ellos estaban aquí, el debería estar cerca, comencé arrepentirme, pero ya era tarde, uno de ellos me diviso y como si se tratara de una ola, todos voltearon en mi dirección.

Ya era demasiado tarde como para salir corriendo, trate de que no se notaran mis nervios, percibiendo mi estado de ánimo, Luciano tomo mi mano, estrechando nuestros dedos, haciéndome sentir segura. Cuando estábamos a cuatro metros mi amiga giro para vernos, pero en cuanto ella se movió para venir entre nosotros, la figura del hombre de mis pesadillas emergió.

Nuestros ojos se conectaron y fue una sensación irreal.

Mi corazón se acelero como si fuera a salirse de mi pecho, mi respiración cambio por completo, sentía que todo había desaparecido a mi alrededor, no podía creer que aun tuviera esa clase de efecto sobre mí, incluso a pesar de los meses, pero entonces un apretón de mano me trajo a la realidad.

Rompí el contacto visual y los hermosos ojos de Luciano Gotti me dejaron sin habla.

Heredera de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora