Este capítulo no tiene relación con el otro.
Las vacaciones de verano terminaron y los estudiantes se preparaban para comenzar el primer día.
En encino, los monstruos de clase alta salían de sus casa para ir al trabajo en sus autos de lujo. Sus hijos seguían su ejemplo, la mayoría teniendo auto de último modelo siendo acompañados con sus amigos dirigiéndose a la escuela.
Entre tantos jóvenes cabe destacar a los Cobra Kai, monstruos de clase alta y profesionales en karate. Uno de los tantos grupos más populares como los más adinerados.
—¿oíste que transfirieron a un nuevo monstruo?— unas monstruas adolescentes conversaban entre ellas.
—viene de New Jersey.— dijo otra bestia.
—seguro es de clase baja.— ríe otra junto a ellas.
Rápidamente los rumores volaron por las gárgolas de piedra, ahora todos estaban al pendiente sobre el nuevo monstruo en la escuela.
Un joven vampiro dejaba sus libros en su casillero para cerrar la puerta con fuerza hasta abollarla. Junto a él se encontraban sus amigos, igualmente adinerados.
—maldición.— maldice contra su casillero.
—debes olvidarla Johnny, es lo mejor.— dice un licántropo rubio a su lado, cerrando su casillero más suave.
—es difícil, es una maldita bruja.— alega, sacando una bolsita con un contenido carmín.
—¿me das?— otro vampiro acerca su mano para tratar de obtener un poco pero su mano es alejada de un manotazo por el dueño. —ay bruto.— dice sobándose.
—consíguete el tuyo, idiota.
—¿oyeron sobre el nuevo monstruo?— pregunta uno con viejos vendajes cubriendo su piel a excepción del rostro.
—que viene de New Jersey, de seguro es un zombie.— habla burlón uno lleno de cicatrices y distintos tonos de piel.
—es lo que menos me importa.— espeta el vampiro tirando la bolsa al vote de basura.
El grupo abandono el lugar caminando por los pasillos siendo el centro de atención. Johnny esquivó a cada monstruo que se interpusiera en su camino para liberarse de la presión y la mezcla de olores de sangre que abrumaban su pobre nariz. Cuando alguien apareció en su visión.
Era un chico, que a la vista parecía un normal, vestía ropas cortas por el clima acalorado haciendo relucir sus piernas largas y morenas, junto a la ajustada camiseta que remarcaba su delgada pero marcada cintura. Johnny sintió como su corazón volvió a latir y un aroma dulce y embriagador se apoderaba de su nariz.
Frunció el ceño cuando vio al normal caminar a su dirección y cuando iba a hablar este lo hizo primero.
—disculpa, bloqueas mi casillero.— dice con voz sería.
Johnny voltea viendo lo obvio, salió de su camino observando como el normal desbloqueaba el cerrojo. El vampiro no se aparta de su lado, analizando de arriba a abajo al normal.
—¿qué hace un normal como tú aquí?— dice con gracia el vampiro apoyando su brazo para encarar al otro. Oliendo el atrayente olor que desprendía del normal.