xiii

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madre, ¿siempre quisiste ser mamá?

misuk paró de hacer lo que estaba haciendo, volteando intrigada por la pregunta.

—¿a qué viene eso?— dijo en un tono duro y serio, más no sonaba enojada ni hablaba alto, y eso era una buena señal para jungkook de que podía seguir.

en la escuela nos preguntaron que queríamos ser de grandes, yo dije que quería ser doctor como papá pero mis compañeros dijeron que eso no era de omegas.— explicó algo triste el niño. —¿tú querías ser mamá desde niña?

¿qué se responde ante eso? porque misuk justamente no era la más indicada para hablar de sueños y metas, ni tampoco de maternidad deseada.

—yo...yo quería ser bailarina.

—¿¡cómo las que pasan en la tele!?, ¿y usabas tutú como ellas?

extrañamente, la mujer le sonrió al pequeño. pensar en su época como estudiante de ballet le traía buenos recuerdos. —algo así.

—ellas bailan muy bonito, ¿podrías enseñarme a mi también?

la omega lo miró un instante, notando el brillo en sus ojos y el genuino deseo por aprender, algo que ella ya no tenía.

—yo ya no bailo.

¿por qué?

¿cómo le explicabas a un niño algo tan complejo? por que, si lo intentaba, aún podía recordar las posturas y los tiempos, el compás de la música que marcaba sus pasos y el sonido de los aplausos al terminar una presentación.

pero ella ya no bailaba, hace mucho abandonó ese sueño.

ahora era solo un recuerdo, y ver a jungkook era un constante recordatorio de ello.

—¿mamá?

no se dió cuenta de lo pérdida que estaba en sus pensamientos hasta el niño volvió a hablar, y la sonrisa que tenía se esfumó con demasiada rapidez, dando paso a su expresión seria de siempre.

—ya no bailo...por que fuí mamá.

un bailarín muere dos veces. la primera muerte es cuando deja de bailar, y esa es la más dolorosa de todas.

[...]

¿por qué recordaba eso ahora?

una incomodidad se instaló en su pecho al pensar en su madre. quizás esa fue de las pocas veces que la vió sonreír con él, pues en los doce años que pasaron juntos siempre fue de rostro serio, sin expresar emociones más allá del enojo y cansancio.

ella era tan...infeliz.

se pregunta si acaso al dejarlo a él y a su padre encontró la paz que nunca pudo tener al vivir con ellos. porque sí, jungkook era consciente que su madre nunca fue feliz en verdad, al menos a ahora de adulto lo entendía.

¿era tan grande su desdicha como para abandonarlo?

sería mentira si dijera que ya no le dolía pensar que sí.

tal vez por eso se encontraba de nuevo ahí, delante de la puerta del consultorio de la psicóloga a la que fue remitido por su anterior terapeuta. estaba nervioso hasta los huesos y las manos le sudaba.

quiso regañarse a sí mismo por estar tan ansioso cuando fue de él la idea de volver a consultar sus problemas con un especialista. pero no tuvo tiempo siquiera de reconsiderarlo, pues la puerta fue abierta y pronto una secretaria ya estaba tomando sus datos en caso de agendar una próxima cita.

— toma asiento por favor. — le dijo la omega. — en unos momentos podrás pasar.

él asintió a la chica y sentado en la silla sintió que el tik tac del reloj le retumbaba hasta los tímpanos.

quizás si debió aceptar la oferta de taehyung de acompañarlo hasta la recepción, necesitaba algo que lo tranquilizace y le recordara que hacer esto no era una mala idea, que era necesario.

necesitaba de la presencia y el aroma de su alfa para tener fuerzas.

porque jungkook se dió cuenta que por mucho ha estado estancado; que su pasado no lo deja avanzar. las memorias de su herida niñez lo acompañan hasta hoy.

y es que el nacimiento de yeonjun fue solo el punto culminante para que todo en él estallara, y eso era lo que menos quería, que la bomba que era ahora pasara arrastrando consigo a su bebé y a taehyung.

nunca se perdonaría si les llegase a hacer daño con sus piezas rotas.

por eso, aunque temblaba de miedo y su interior pedía a gritos regresar a alcanzar a taehyung al carro, se paró en cuanto le fue indicado y se adentró en el cuarto de consulta.

—buenas tardes, soy la psicóloga jang seong-eun, es un gusto conocerte. dime, ¿en qué te puedo servir?

y con el corazón en la garganta, el omega inició su primera consulta con la esperanza de una vez por todas sanar esa parte tan dolorosa de su historia.

[...]

taehyung regresaba de hacer los mandados cuando se dirigió al consultorio de psicoterapia. tenía suerte que quedara de camino, por lo que no tardó mucho en estacionarse a fuera en espera de la salida de su omega.

jungkook le había dicho un aproximado de cuando tardaría, por lo que espero pacientemente afuera del auto.

no pasaron ni quince minutos cuando su lobo movió la cola feliz en su interior al percibir el aroma a lirios y leche tan conocidos para él en la entrada. sin embargo, tan pronto salió el omega, su lobo dejo de agitarse de felicidad a bajar las orejas en preocupación al ver a su pareja caminar a él cabizbajo.

taehyung se apresuró a alcanzarlo y cuando tuvo la intención de tomar su mano jungkook fue directo a abrazarse a su torso. el alfa no dudo en envolverlo de vuelta y soltar de su propio aroma para reconfortarlo.

—hey, bonito. ¿todo bien?— preguntó suavemente.

pero jungkook tenía su cara enterrada en su pecho y se negó a contestar de inmediato.

aspiró por un rato más directo de la playera del alfa, relajándose con la propia respiración de taehyung. solo entonces habló:—estoy cansado. ¿podemos ir a casa?

—mgh.— murmuró en otro en afirmación. —vamos, yeyo nos debe de estar extrañando, en especial a tí.

el omega no pudo evitar sonreír ante la mención de su cachorro y taehyung se sintió tranquilo al verlo más calmado. sabía que sería pesado para jungkook volver a tomar terapia, era un proceso cansado y difícil, por eso se aseguraría de ayudarlo en todo lo que estuviera a su alcance para que sintiera su apoyo.

—toma.— le dijo una vez subieron al auto. —no comiste mucho hace rato así que te pase comprando tu batido favorito y un croissant preparado.

el omega tomó gustoso la comida y besó la mejilla de taehyung en agradecimiento.

—gracias, tae.

la realidad es que jungkook no había comido bien por los nervios que sentía, pero creía que el alfa no se había percatado de ello.

aunque a estas alturas ya lo debió de haber notado: taehyung siempre estaba al pendiente de él. por eso, aún sí se sentía abrumado después de su primera sesión con la psicóloga, su lobo y él se regocijaron al saberse protegidos por el alfa que habían elegido.

la única persona que nunca los hizo sentir que eran un estorbo y una carga en su vida.









capítulo cortito en disculpas por haber abandonado este fic unos meses :(
¡gracias por seguir leyendo!

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⏰ Última actualización: Oct 30, 2023 ⏰

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