Elaine se encontraba sentada en el columpio del jardín, se sentía tan abrumada al borde del llanto. Sabía que no había tratado bien a Chase pero eso no le daba el derecho de hacerla ver cómo una cualquiera.
Luego de que lo había recibido feliz de que él apareciera, la había llevado a su habitación casi a la fuerza. Dónde la empujó a la cama y trato de forzarla a acostarse con él. Por suerte había reaccionado a tiempo y sólo se fue.
¿Esa era la vida que le esperaba? ¿Podría alguna vez ser realmente amada?
Limpio sus mejillas y volvió adentro, debía limpiar el desastre de su habitación. No quería que nadie sospechara sobre lo ocurrido con Chase.
La boda sería en dos días, tenía prueba con la modista para revisar que el vestido le quedará perfecto para que se lo entregaran. Con tantas cosas lo había olvidado pero si madre se lo hizo saber a gritos desde la planta baja.
Durante el camino tenía la mirada pérdida, ¿Realmente podría casarse con un hombre que no ama? ¿Y si él trataba de abusar de ella nuevamente? No iba a poder soportarlo.
Su pecho comenzó a dolerle, su respiración se volvió agitada y comenzaba a marearse. Sentía que todo a su alrededor la sofocaba, necesitaba aire fresco. La presión era cada vez más que ya le estaba costando trabajo respirar, dolía demasiado.
Estaba hiperventilandose, su madre quién no parecía preocupada siguió conduciendo con la modista.
— Basta de escenitas Elaine, más vale que te controles. No vas a arruinar está boda. Te lo advierto, me ha costado mucho que esto se lograra, y si eres una buena hija harás lo que se te dice.
— ¡Mamá...no puedo...respirar!
Su madre rodó los ojos y busco entre las cosas del auto, le lanzó una vieja bolsa de papel.
— Conformate con eso, quién diría que era igual de débil que tú padre -Negaba molesta-.
Elaine tomo la bolsa rápido y se la puso en la boca, poco a poco fue calmandose, no se había sentido así desde que se enteró de la muerte de su padre.
Al llegar ella aún seguía utilizando la bolsa, su madre estacionó el auto y bajo de él. Abrió la puerta de atrás y le quitó la bolsa.
— Ya fue suficiente, mantente quieta, no querrás que la familia de tu prometido se entere de tus problemas mentales.
Elaine solo negó mientras se contenía con todas sus fuerzas para no llorar, debía ser fuerte, su padre hubiera querido eso.
Tuvo suerte de que la prueba de vestido fue rápida, se miro al espejo para luego comenzar a llorar. La modista le dio un pañuelo.
— Gracias, y lamento ponerme así...
— Descuida, es lo más normal, todas las novias lloran felices cuando se ven en el vestido y por los nervios de la boda.
— Sí... Debe ser eso...
Chase lanzaba todas las cosas que tenía cerca, ¿Porqué se había puesto así? Era una maldita bestia, por más interesada que fuera él no debió haberla tratado así ni humillarle. Se sentía aliviado por lo menos un poco, dejó de hacerlo justo a tiempo.
Mantendría perfil bajo antes de la boda y luego de ella le haría la vida imposible a Elaine, no permitiría que ella volviera a tratarlo así.
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El Contrato
Teen FictionChase Crawford hijo del magnate dueño de las televisoras más importantes del país, Josh Crawford. Cansado de que su hijo no siente cabeza y sus prioridades sean las mujeres y los excesos buscará a la esposa perfecta para él. Chase no estará dispu...