Chase Crawford hijo del magnate dueño de las televisoras más importantes del país, Josh Crawford.
Cansado de que su hijo no siente cabeza y sus prioridades sean las mujeres y los excesos buscará a la esposa perfecta para él.
Chase no estará dispu...
Habían pasado dos semanas desde que Elaine y Chase se comprometieron. Por lo que ahora organizaban una fiesta en honor a ese compromiso. Elaine estaba muy deprimida y Ashley lo notaba pero no quería preguntar.
Imaginaba que era por Dylan ya que Elaine dejaba su anillo en casa y no había mencionado nada del tema. Ashley quería animarla un poco por lo que se acercó a ella.
- No me gusta verte así, vayamos de compras y a comer después de clases.
- No me siento de humor para esas cosas, pero gracias.
- No te estoy preguntando Elaine, te estoy avisando, sabes que no dejaré de insistir hasta que aceptes.
Ella suspiró y sonrió levemente.
- Esta bien Ashley, tú ganas.
Al terminar las clases se fueron en el auto de Ashley, comieron primero luego fueron a varias tiendas. Ashley vio un hermoso vestido rojo.
- Deberías probártelo, te verías hermosa en él.
- No puedo pagarlo.
- Yo te lo regalo, de todos modos ya casi es tu cumpleaños. Tómalo como un regalo por adelantado.
- ¿Estas segura?
- Anda vamos -la tomo de la mano metiendola a la tienda-.
Pidieron el vestido en la talla de Elaine, le quedaba a la medida. Lo compraron y siguieron caminando. Elaine se detuvo afuera de un salón de belleza.
- Entremos.
- Suena bien -dijo sonriendo su amiga-.
Elaine había estado deprimida todo el día, ya que por la noche sería la fiesta por su compromiso. Así que cambio los planes de su madre a su favor, cuando llegó a su casa se fue a su habitación sin que ella la viera.
Debido a que estaba muy ocupada le fue fácil escabullirse, la fiesta sería en casa de los Crawford. Su madre llegaría primero para asegurarse de que todo fuera perfecto luego mandarían a alguien por ella.
Chase estaba de los mismos ánimos pero se mantenía serio. Elaine no tenía más opción que aceptarlo tarde o temprano, serían esposos de todas formas.
Ya le daba igual si ella llegaba a sentir algo por él o no. Sólo continuaría con el teatro de su padre y la madre de Elaine.
Los invitados comenzaban a llegar entre ellos los amigos de toda la vida de su padres. La familia Wilde, los conocía desde niño, y su hijo Derek era su mejor amigo. Él único aunque se habían distanciado por su cambio tan drástico.
- Es bueno ver que estás bien Chase -dijo acercándose-.
- Me las ingenio de vez en cuando, ya me conoces.
Ambos sonrieron y de abrazaran riendo, luego se separaron.
- ¿Y quién es la afortunada?
- Ni te lo imaginarias...
- ¿La conozco?
- No en persona, pero ya te había hablado de ella hace tiempo.
- ¿Hace tiempo? La verdad no recuerdo que hayas hablado de alguna chica... -se quedó pensativo- excepto de... ¡La chica del bar!
- La misma.
- Viejo, eso debe ser el destino.
- Para mí también fue una gran sorpresa, jamás creí que volvería a verla y que las cosas serían de esta manera... -dijo con amargura-.
- ¿A qué te refieres con de esta manera?
Estaba hablando hasta que escucharon algo de alboroto en la entrada por parte de los invitados.
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Elaine iba llegando con un nuevo aspecto, había cambiado su tono de cabello y lo había cortado. No llevaba el vestido blanco que le había dicho su madre.
Caminó hasta Chase quien la miraba sorprendido. Ella tomó su mano y se acercó a su odio.
