PRÓLOGO.

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- ¡No pienso casarme con él! -Grito-.

- Debes hacerlo, estamos en quiebra, es por el bien de la familia hija.

- Mamá, no puedes hacerme esto, sabes que yo tengo otros planes; Además tengo novio.

- Termina  con él, es tú deber ver por el bien de nuestra familia hija, quizás con el tiempo llegues a quererlo.

- ¡Eso nunca pasará! ¡JAMÁS!

- Intenta ser positiva hija, volverás  a tener los mismos lujos de antes, cuando tú padre falleció los dejó demasiadas deudas y eso nos llevó a la quiebra.

- ¡No lo amo! -Dijo con un nudo en la garganta-.

- ¡No me interesa! ¡Vas a casarte aunque no lo quieras! -Dijo firme-.

Salió de la habitación dejándola con la palabra en la boca, ella sólo  se dejó caer en su cama sin poder controlar sus lágrimas que descendía de sus ojos sin control alguno.

¿Qué podría hacer? Siempre había sido obediente, la única  que no lo fue, fue cuando conoció a Dylan. El amor de su vida, lo conoció  en una fiesta cuando se escapó d su casa durante la noche, ya que si madre le prohibía demasiadas cosas que eran normales para su edad.

Podría decirse que en su vida no tenía mucha experiencia fuera de lo común. A excepción de una sola cosa, que fue lo más loco que hizo. Se había acostado con un completo extraño, un chico misterioso en el baño de un bar, había bebido.

Lo poco que recordaba de él era la intensidad de su mirada resaltando sus ojos. Esos ojos color cielo que fijaron su mirada en ella desde que llegó, ni si quiera su mejor amiga sabía lo que había pasado en esa noche de tragos. Seguramente le reclamaría su acción, sobre todo porque había traicionado a Dylan. El cuál era el hermano mayor de su amiga Ashley.

Siempre que estaba con su novio se reclamaba así misma por haberlo traicionado de esa manera. Y ahora debía terminar con él ya que se casaría con un chico que lo conocía, y lo poco que sabía de él no era bueno.

Era un caso perdido, no tenía  ninguna aspiración a futuro, de seguro pensaba vivir de la fortuna de su padre siempre. Eran demasiado diferentes.
¿Cómo se suponía que su matrimonio tendría futuro?

El ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora