Capítulo 3. De acuerdo al plan.

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Chase se encontraba arreglándose para su cena de compromiso, no es que estuviera de acuerdo sólo le daría por su lado a su padre. No estaba de ánimos para discutir.

Además, ¿Qué tan malo podía ser una simple cena? Quitando el hecho de que se trataba de un matrimonio bien podía verlo como una cena de negocios como a las que su padre le obliga a ir.

Mientras que Elaine, estaba afuera de la casa de su novio nerviosa por tocar la puerta. Tenía que decirle sobre su compromiso, aunque la idea de terminarlo la estaba matando.

Tocó la puerta y una chica rubia abrió, la cual llevaba la camisa de su novio puesta.

- ¿Si? ¿Qué necesitas? -Le pregunto la chica mirándola con desdén-.

- ¿Está Dylan? MI NOVIO -Dijo Elaine molesta-.

- ¿Tú eres su novia? Que pena que hayas descubierto esto así. Mi lindo Dylan quería decírtelo pero no encontraba la manera.

- ¿De qué demonios estás hablando?

- Dylan te ha estado engañando conmigo.

Elain la empujó molesta y entró buscándolo.

- ¡DYLAN! ¡BAJA AHORA MISMO MALDITO COBARDE! -Grito casi al borde del llanto-.

Fue hasta su habitación y lo vio colocándose el pantalón. Se le fue encima abofeteandolo.

- ¡¿CÓMO PUDISTE HACERME ESTO?! ¡YO TE AMABA!

Golpeo su pecho una y otra vez, mientras que él suspiraba cansado.

- Elain, basta -Ella no se detuvo y comenzó a arañarlo del pecho y rostro forcejeando- ¡BASTA ELAIN! ¡DEJA DE HUMILLARTE! ¡NO TE AMO! ¡JAMÁS TE AMÉ! ¡METETELO EN LA CABEZA!

Negó aún más molesta mientras lloraba.

- ¡VETE AL DIABLO DYLAN!

Lo pateó en la entrepierna y se bajó corriendo para irse, estaba por salir cuando escuchó a la chica rubia.

- Al fin dejarás de estorbarnos.

Ella se regresó y la abofeteó con la fuerza que le quedaba dejándole la mejilla roja.

- Gracias por abrirme los ojos, te dejo mis sobras, ZORRA.

Dicho eso se fue, la chica solo se frotaba la mejilla con ganas de llorar y subió con Dylan a que la consolará. Elain seguía sin creer todo lo ocurrido, ¿En qué momento cambió tanto Dylan? ¿En dónde estaba el chico dulce del que se había enamorado. Era como si fuera otra persona.

¿Cómo pudo haberla engañado? A diferencia de ella él estaba en sus cinco sentidos. No era excusa ya que ella lo había engañado primero pero no había sido intencionalmente. Ella lo amaba.

De todos modos, iba a terminar con él pero nunca hubiera deseado que las cosas terminaran así. No podía seguir lamentándose, debía calmarse y volver a su casa para arreglarse. Le había prometido a su madre que apoyaría a su familia y debía hacerlo.

Esa noche conocería a su futuro esposo.

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