Capítulo 12

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—Ya volví. —anuncié desde la puerta— Y traigo cosas ricas para todos.

Dejé el calzado en la entrada junto al resto e ingresé al comedor. Allí me encontré a Kawaki sentado frente al jarrón, que él mismo eligió ayer para Himawari, y a Boruto jugando con la consola en el sofa. Dejé la bolsa aún lado y saqué del interior un taiyaki que le mostré.

—Para ti. —Kawaki miró el taiyaki, dudoso— Es el mismo de ayer. —lo dejé a un lado y saqué otro taiyaki antes de acercarle la bolsa— También he traído de otros sabores, por si los quieres probar. —preparé el brazo para lanzarle a Boruto el otro taiyaki— ¿El idiota del fondo quiere uno? —el rubio solo alzó la mano sin dejar de prestar atención al juego con el que estaba entretenido— Me lo tomaré como un sí.

—¿Por qué? —miré a Kawaki después de tirarle el taiyaki al hijo del Séptimo.

—Considéralo un regalo de bienvenida por mi parte. —le sonreí.

En ese momento sonó el timbre de la casa.

—¡Hermano, tienes visita! —se escuchó decir desde la entrada.

Por la puerta aparecieron Sarada y Mitsuki seguidos de Himawari e Hinata. Con un gesto le pedí a la menor de los Uzumaki que se acercara, rebusqué en la bolsa de los taiyaki y le entregué uno que aceptó feliz.

—Oh, que raro que vengáis los dos juntos. —comentó Boruto.

—Vinimos a vigilar a Kawaki. —habló Mitsuki.

Sarada dió un brinco en su lugar, alzó los brazos y comenzó a moverlos de un lado a otro mientras murmuraba cosas que ninguno logró entender.

—¿De qué hablas? —consiguió articular, nerviosa.

Mitsuki la miró sin entender.

—Fuiste tú la que lo dijo. —le recordó Mitsuki junto a una amable sonrisa. Ella dió un suspiro.

Kawaki ladeó un poco la cabeza para mirarles.

—Me gusta tu honestidad. —le dijo.

Yo también agarré un taiyaki mientras escuchaba el intercambio de palabras de ambos chicos.

—Es la primera vez que hablamos. Soy Mitsuki. —se presentó— Soy amigo y compañero de equipo de Boruto. —Mitsuki le tendió la mano— Encantado.

—¿Qué pretendes? —apartó la vista de él— No pienso darte mi brazo bueno. Y menos a un tipo con un cuerpo tan raro.

Himawari y yo reímos cuando Mitsuki transformó el brazo en un par de serpientes que bailaron con gracia mientras le sacaban la lengua a Kawaki. Él lo ignoró para seguir comiendo el taiyaki que tenía a medias, hasta que se volvió para mirar a Sarada, quien tenía la mirada fija en él.

—¿Qué miras, metiche? —Sarada se tensó en el sitio al ser pillada— Que sepas que no me interesa jugar a hacer amigos.

—No me hables así. —se acercó a él conteniendo, demasiado bien diría yo, el enfado— Yo solo...

Agarré otro taiyaki, mi atención ahora puesta en la Uchiha y Kawaki. Como hoy el Séptimo me dió el día libre, pues no tenía intención alguna de meterme a calmar las aguas entre Boruto y Kawaki, en este caso Sarada.

—Así que hoy tienes visita. —hablando del Séptimo, aquí aparece— Si están aquí tus amigos, lo dejaré para otro día.

Boruto, sin despegar sus ojos de la consola, preguntó.

—¿El qué?

—Te prometí que volvería a enfrentarme a ti en un combate. —le recordó el mayor.

El Karma | Kawaki | [Boruto: Naruto Next Generation]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora