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Capítulo seis.



Territorio.

Algo que siempre se respeta, en todo tipo de juego, es el territorio. Jungkook ha cruzado porque otros se lo han permitido, yo ahora estoy cruzando el suyo por la misma razón, me lo permiten.

—Nuestras ganancias han ido en aumento gracias al mismo sistema democrático y equitativo que usted ha implementado estos días… —Me decía un caballero cuyo nombre no recuerdo, pero tiene algo que ver con la administración. Era bajo, robusto, con una barba mañanera no afeitada y usaba un traje holgado que combinaba con el estilo ochentero de su cabello, o lo que le queda. —No quiero decir que usted haya estado mal con su anterior sistema, sino que… yo digo que…

Se puso nervioso. Odio cuando la gente se pone nerviosa.

—Entendí a la primera, no es necesario una explicación. —Interrumpí su balbuceo con seriedad mientras Borah, a mi lado, trataba de no morirse de la risa. —Sé perfectamente que la comparación no fue ofensiva, simplemente era para informar que nos guiamos, actualmente, por la misma sistemática. Por favor, prosiga.

Él, apenado, prosiguió.

El camino por la empresa Jeon fue tranquilo. Había sectores que me llamaban mucho la atención, por ejemplo, tenían una unidad de desarrollo alimenticio porque buscaban ampliarse en ese ámbito. Nunca me había llamado la atención crear algún proyecto que incluyera alimentos. Mis intereses siempre fueron guiados más a las necesidades materiales y psicológicas de las personas, pero se veía interesante y, ciertamente, esperaba que les fuera bien, después de todo, la están creando bajo el contrato que me hace partícipe de la misma. Si fracasa, yo fracasaré.

El jefe no se encontraba presente porque estaba en una junta directiva en estos momentos y agradecí que así fuese porque hace una semana habíamos tenido un encuentro caótico que no me apetecía repetir. 

—Pronto será navidad, ¿tienen algún proyecto que quiera mostrarme para esas fechas? —Me interesé. En mi familia nunca celebrábamos esas fechas porque nunca estábamos juntos. Con Jimin solíamos hacer manualidades y regalarnos nuestros inventos, incluso de grandes, antes de encargarme de la empresa y él de sus cosas, lo hicimos, por esa razón, en estas fechas siempre abro las puertas del edificio con juegos, actividades para adultos y niños, y un apartado dónde los pequeños pueden llevar a la realidad lo que tengan en sus cabezas siempre y cuando sea con los materiales a dar. —Hace un mes firmé un acuerdo con World of dreams, una empresa que transforma los dibujos de los niños en peluches, y nos gustaría saber si estarían dispuestos a formar parte de este acuerdo apoyándonos con su edificio principal, ya que, estamos cercanos y estamos seguros que muchos niños querrán traer sus dibujos.

El señor no supo darme una respuesta concreta y miró, buscando ayuda, a NamJoon, el secretario personal y mejor amigo de Jungkook. Él respondió: —Podríamos ver si nuestro salón principal es capaz de transformarse en un espacio infantil. —Se notaba que no le interesaban en lo absoluto estas fechas ni la niñez. —Tendré que hablarlo con el señor Jeon. 

—Me parece bien, cuando tenga una respuesta me confirma con la señorita a mi lado. —Hice una inclinación a una orgullosa Kang Borah. —¿Hay algo más que deba ver?

Ambos negaron, ya había finalizado el recorrido, por ende, ya podríamos regresar a casa. Pero yo quería seguir observando los puntos a tratar dentro de este lugar. Debía admitir que estar aquí era como estar en un museo interactivo; tantas cosas que se desarrollaban, tantos temas a tratar, perdía la cuenta de todos. Eso podía ser una salvación tanto como una perdición si la persona al mando no sabe equilibrarse con todos los espacios. 

𝐂𝐡𝐚𝐨𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐋𝐨𝐯𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora