Principios de Noviembre, 2015.
Era la primera mañana del descanso. 10 días libres habían sido otorgados antes de las premiaciones y grandes eventos por las fiestas de año nuevo.
Los chicos se movían de un lado a otro en la pequeña vivienda, empacando lo necesario para volver a casa y ver a sus familias por unos días.
Hobi salió de la habitación halando su maleta.
—Solo lleno las botellas —le dijo a Yoongi mientras corría hacia la cocina, este último asintió guardando un par de camisetas en su mochila.
Jin rondaba por la casa a paso rápido, llevaba una chaqueta colgando en uno de sus brazos, desconectó la cafetera, el televisor y la plancha, asegurándose que no quedara algún electrodoméstico encendido—¿De quién es este cargador?
—¡Mío! —gritó Taehyung saliendo del cuarto. El castaño arrebató el cargador de las manos del mayor y regresó a la habitación.
—Lleven sus cosas, no volveremos si a alguien se le olvida algo...
Namjoon esperaba junto a la puerta, portaba su mochila en ambos hombros, un maletín en una mano y con la otra revisaba su celular—Chicos... Ya vienen para acá —habló en voz alta para que todos escucharan.
—Muy bien, si tienen que ir al baño háganlo ya... —Jin continuaba dando avisos—Jimin ¿Ya fuiste al baño?
—Sí, estoy bien.
Jimin se encontraba listo junto al sofá, una mochila lo acompañaba mientras esperaba que el menor de todos saliera, pues se irían juntos en el carro, camino a su ciudad natal, Busan.
Ciudad en la que ambos habían nacido, con dos años de diferencia. No recordaba la última vez que vio a los padres de Jungkook, pero agradecía a los cielos que hayan decidido establecer su hogar en esa misma ciudad porque gracias a eso Jungkook lo había invitado a su casa.
"Ya que irás a dejarme ¿Por qué no te quedas?"
Sí, se había ofrecido a dejarlo, se consideraba a sí mismo un buen hyung, pero no se imaginó una invitación a quedarse. Jungkook se lo había preguntado de golpe, con esos hermosos ojos de Bambi que lo caracterizaban. No pudo negarse, esa carita era su debilidad.
—Ya estoy listo y llevo los juegos nuevos —apareció Jungkook agitando los juegos con una sonrisa traviesa. En su espalda cargaba una mochila negra, traía puesto un beanie gris y usaba sus botas favoritas, las Timberland.
El menor era conocido por su cabello oscuro y liso. Ojos grandes y expresivos que destacaban bajo sus cejas definidas, nariz recta en punta redonda que asemejaba la de un conejo, piel clara, labios delgados. Complexión delgada, pero musculosa. El color negro predominaba en su ropa con frecuencia, a menos que fueran camisetas, esas siempre eran blancas. Su gusto por los piercings tampoco pasaba desapercibido, a menudo colgaba joyería plateada sobre sus orejas, que hacen juego con su personalidad un poco rebelde.
Jimin sonrió.
—Ya llegaron... —mencionó Yoongi, observando por la ventana como se acercaban las camionetas.
—Acérquense —dijo Nam.
Los miembros formaron un círculo alrededor del líder.
—Nos veremos hasta el 15 —hablaba firme y claro—Traten de descansar, no descuiden su comida y cualquier cosa les comunico en el chat grupal.
—Nos vemos... —mencionó Jin con un tono triste, para después mirar fijamente a los chicos de Busan—Nada de andar molestando a altas horas, se portan bien.
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NUESTROS DÍAS | KOOKMIN
FanfictionRecopilación de pequeñas historias románticas inspiradas en momentos entre Jimin y Jungkook de BTS. Contiene saltos de fecha.