4 | Necio e idiota

39 3 0
                                    

Regresaron a casa para las 4 p.m. Jimin terminó de meter sus cosas en la maleta.

—¿Tan pronto te vas? —Hyun había entrado a la habitación.

—Así es, mi visita fue rápida —a Jimin le hacía feliz que el joven le preguntara con reproche, eso significaba que le había agradado.

El chico hizo un chasquido.

—Bueno... Fue un gusto conocerte. Me caíste bien Jiminssi.

—¿Tanta confianza de repente? Solo yo le digo así —comentó el menor de todos, acostado en su cama, mientras rebotada una pelota en la pared.

—No seas descortés —Jimin volteó a verlo.

—Sí, Jimin es mayor. Ten más respeto, no le llames así —regañó su hermano.

Jungkook solo sonrió de lado, seguía rebotando su pelota, fingiendo no prestar atención.

Se estaba comportando como un niño, no sabía por qué tomaba esa actitud si estaba por irse, debería estar contento que no pasaría más tiempo incomodándolo.

—Difícilmente. Este niño no sabe de modales.

—¿Disculpa? Me ofrecí a llevar tus cosas —le reclamó está vez devolviendo la mirada—Es más, vamos —se levantó y tomó la maleta de su compañero dirigiéndose a las escaleras.

—¿A este qué le pasa? —preguntó Hyun.

—Ni idea.

—Jimin ya se va —gritó Jungkook en la sala.

—¡¿Ya se va?! Tan temprano... ¡Ash! Está bien, ten buen regreso cariño —la señora Jeon se despidió de él.

—Nos vemos —sonrió cortésmente.

—Cuidate —mencionó el señor.

La familia que lo había acogido se mostraba amable.

—Gracias por recibirme en su casa. Perdonen las molestias.

—¡Ay, no te preocupes! Cualquier miembro de BTS es bienvenido, fue un placer.

Se despidió mientras se dirigía a la puerta.

—Yo... Esperaré el taxi con él, está bien —mencionó el menor, mientras les hacía señas para que volvieran a sus asuntos.

Salieron y Jungkook cerró la puerta tras él.

—Gracias.

—¿Por qué lo dices? —preguntó desconcertado.

—Por invitarme —exclamó con simpleza—Porque me permitiste conocer a tu familia. Eso es algo que no cualquiera hace.

—Yo quería que vinieras... Yo —titubeó un poco, observó los ojos ajenos y terminó suspirando—Gracias a ti por venir y quedarte un rato.

Caminaban hacía la calle.

—Estuvo bien —dijo Jimin con sarcasmo.

Jungkook sonrió mirando hacia el suelo.

No le había dedicado una sonrisa desde el restaurante.

—¿Me llamarás cuando llegues? —volteó a verle.

—Claro, aún guardo tu número.

—Más te vale —Jungkook chocó su hombro.

Se quedaron callados por un momento.

—Jimin...

El mayor lo estaba observando.

NUESTROS DÍAS | KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora