3 | ¿Seguro?

35 3 0
                                    

Jungkook fue el primero en despertar, estaba dándole la espalda a su acompañante, miró a su alrededor y luego a él, este seguía dormido, así que decidió que podía dormir un ratito más, se dio la vuelta y abrazó a Jimin.

El olor de su pelo le encantaba.

Jimin sentía un peso en su cuerpo. Había una mano en su cintura y algo le hacía cosquillas en el cuello, abrió sus ojos y observó la mano del joven que lo tenía abrazado.

Era natural dormir así entre ellos y aunque le gustara sentirse seguro en los brazos del pelinegro debía despertarlo, entraba mucha luz en la habitación, seguro era tarde.

—JK... —le dio palmadas a su mano con suavidad.

Nada.

—JK... —dijo con un tono más alto.

—Mmm... —Jungkook exhaló profundo.

Jimin rodó sobre sí quedando de frente al dormilón.

Sonrió.

Jungkook se miraba adorable. Belleza y tranquilidad emanaban de su cuerpo. Párpados suaves y pequeñas pestañas caían sobre sus mejillas, vecinas de una nariz rellenita. Labios ligeramente abiertos, un labio superior delgado y el inferior grueso, abultado. Labios que él mismo había besado.

Imágenes de la noche anterior pasaron como flashes en su cabeza, aún podía sentir los labios y manos ajenas sobre él. Parecía un sueño.

¿Seguía dormido?

Sí ese era un sueño por favor que no lo despertaran.

La piel del castaño se miraba suave y humectada, se preguntaba sí así como se miraba así se sentía. Levantó su mano con temor, acercó sus dedos al rostro del muchacho, casi tocando su piel sin llegar a hacerlo totalmente, solo le bastaba con estar cerca.

—¿Nos levantamos ya?

Alejó su mano tan rápido como los ojos del menor se abrieron.

—¡Sip! —tragó grueso—Me parece bien ¿Qué vas a prepararme de desayuno?

Arrugó su nariz.

—Pancakes.

Los chicos bajaron con la sorpresa que la señora Jeon ya había hecho el desayuno, sería para la otra y es que ya era tarde, eran las 11 AM. Luego que desayunaron el señor Jeon les asignó una tarea a todos, ese día prepararían la casa para las fiestas. Decoración. Toda la familia se colocó mascarillas para el polvo.

—Ten, tesoro —le extendió una mascarilla la mamá de Jungkook.

Los chicos sacaron los adornos navideños, ellos pondrían las guirnaldas, mientras papá y mamá se encargaban del árbol.

—¿Ahí está bien? —Jungkook preguntó colocando su tercer clavo en la pared, los de atrás habían quedado un poco chuecos, pero este tenía buena pinta.

Su hermano sostenía la escalera. Jimin calculaba desde lejos con sus dedos, haciendo un cuadro con ellos.

—Perfecto, voy yo.

El pelinaranja colocó 2 clavos más mientras Hyun le extendía la guía de luces. Jungkook la conectó y una cascada de luces blancas cayó sobre el arco que dividía la sala y el comedor.

Todos sonrieron al ver lo bonito que había quedado.

—Buen trabajo, chicos —les alabó el señor Jeon.

Más tarde ese día...

—¡No me jodas! ¡Ah! Esto es grandioso.

—¡Lo sé! —Jimin gritaba en un tono más bajo para que no lo escucharan.

NUESTROS DÍAS | KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora