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—¿Podrían recordarme la razón por la que estamos aquí, por favor? —habló el menor de los Shinonome, viendo cierta cabeza morada pasear por todos los pasillos de aquella tienda con una rapidez inexplicable.

—Vinimos a ayudar a Kamishiro-senpai para el regalo que debe darle a Akiyama-san por el día blanco. —respondió casi en automático Touya, con toda la paciencia posible, como siempre la tenía para Akito. —Y como eres hermano de Ena-san, cree que puedes ayudar.

—Ah, es cierto. Bueno, me voy. —se dió la vuelta con la clara intención de marcharse.

—¡Espera, Akito! —un rubio lo detuvo. —¡Debemos ayudar a Rui! —habló en un tono elevado, aturdiendo a la gente cercana.

Mientras tanto, Rui inspeccionaba todos los productos y artículos que había en los estantes. ¿Maquillaje? Ella ya tenía mucho, además, ¿qué tal si compraba uno al cual era alérgica? No sabía qué tipo de maquillaje usa. ¿Perfumes? No, puede pensar que es algún tipo de indirecta por su olor (no es el caso). ¿Ropa interior? No, muy atrevido. ¿Chocolates? Muy cliché.

Touya aprovechó que Tsukasa estaba hablando de sí mismo ante Akito para acercarse a Rui, el cual estaba perdido en sus propios pensamientos.

—Kamishiro-senpai. —habló suavemente, con la intención de no asustarlo. —A Akiyama-san le gusta usar accesorios, ¿no? ¿Por qué no le regalas algo así?

Rui miró al peliazul con los ojos brillando, como si estuviera a punto de llorar, y sonrió ampliamente. Una sonrisa dedicada a él.

—Muchas gracias, Aoyagi-kun. Tengo una idea, acompañame. 

Ambos chicos tomaron camino a otra tienda cercana del centro comercial, que se especializaba en artículos femeninos. Debieron entrar ahí en primer lugar, pensó Rui.

Rebuscó y dió vueltas por la tienda, esperando encontrar lo que tenía en mente. La encargada del lugar al verlo tan alterado, se le acercó amablemente.

—¿Buscas algo en específico?

—Sí... un moño para el cabello. ¿Tienen? —habló con ilusión.

—Claro, están por aquí. —hizo una seña para que la siguiera y se encaminó al dichoso lugar. —Tenemos diferentes colores y estilos. Por favor, escoja el que más le guste.

—Muchas gracias.

Los analizó cuidadosamente, atreviéndose a probarse algunos y pedir la opinión de su acompañante, Touya. Intentó imaginarse a Mizuki con cada uno de los moños, pero era demasiado encantador para su mente.

Finalmente se decidió por uno color negro de malla con bordados de flores y hojas. Qué lindo se vería en ella, pensó. Junto al listón, tomó otros accesorios variados, como gomas para agarrarse el cabello, pasadores, broches de colores, cosas de ese estilo.

Pero, faltaba algo más.

Después de pagar, prácticamente arrastró a Touya al otro lado del centro comercial. Queria buscar un oso de peluche grande.

En el camino se encontraron con Tsukasa y Akito, éste último intentando marcharse, pero el otro lo estaba impidiendo.

El grupo fue hacia la tienda que el pelimorado necesitaba. Todos lo ayudaron a escoger uno perfecto para la ocasión.

Se trataba de un oso gigante color rosa con acabados gris oscuro. No tenía nada en sus manos, así que era perfecto para abrazar.

Akito al final sí fue de ayuda, pues tuvo que ayudar a cargar tal peluche al hogar de Rui.

[...]

14 de Marzo, finalmente era el día. Estaba nervioso, claro. Y no podía controlarlo muy bien, así que Mizuki terminó dándose cuenta pronto que algo estaba 'mal', fuera de lo común en él.

Rui acompañó a Mizuki a su hogar y le pidió un poco de tiempo, pues "tenía algo que hacer". Ella cedió sin dudar.

Kamishiro volvió a donde estaba Mizuki, aunque por lo grande de aquel regalo tuvo que irse en taxi. No importa, todo por su felicidad, se dijo a sí mismo.

Tocó el timbre y esperó impacientemente la respuesta. Su pie chocaba contra el suelo repetidas veces ansiosamente.

Mizuki abrió y al ver tal imagen celestial para sus ojos, casi cae al suelo, pero pudo mantener el equilibrio gracias a que se estaba sosteniendo del marco de la puerta.

Rui sonrió.

—Feliz día blanco, Mizuki. Es para ti. —apuntó el oso. —Te ayudaré a dejarlo en tu habitación, si me permites.

La calidez que Mizuki sentía era inmensa. Tenía ganas de llorar por tener a un novio tan lindo como él. Ahora entendía la actitud de Rui en las últimas horas, así que se hizo a un lado y lo dejó pasar a su hogar.

Acomodó el oso en un lugar vacío de su habitación. Y ahora que Mizuki lo notaba, éste tenía una caja en una de sus patas delanteras con una nota que decía: "Para ti ♡". Sintió cómo los ojos se le llenaban de lágrimas al leer esto.

Rui estaba satisfecho, sabía que le había gustado. Se acercó a ella y le dió un abrazo por la espalda, junto a un casto beso en el cuello.

—¿Qué opinas, Mizuki?

—Yo... No tengo palabras. Muchas gracias, Rui, eres el mejor. —se dió la vuelta y le besó con ternura.

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3 meses tarde, pero mejor tarde que nunca. (?

quería preguntarles si quieren ver alguna situación en específico con esta pareja, y si es así, pueden comentarla. ^⁠_⁠^

también estaba pensando en si escribir algo un poco más subido de tono, pero díganme si les gustaría.

en fin, gracias por leer. <3

A Loving Feeling. [Mizurui] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora