9 | ÚLTIMO ENCUENTRO

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En la mañana, apenas pudo actuar normal ante el ojo crítico de Jiraiya. Los recuerdos de la noche estaban aún muy presentes en su cabeza. Cada vez que miraba a su lado, en donde estaba sentado Shisui, no podía evitar pensar en lo que ambos hicieron.

Miró de vez en cuando en dirección de Jiraiya, quien, con su rostro arrugado, juzgaba al pentagrama. Estaba absorto en los trazos y en la forma tan peculiar de unir los sellos. Cuando él había llegado a la misma hora que todos los demás días, tuvieron cerca de un minuto para cambiarse. Siguió rezando para que Jiraiya no sospechara nada, pero la concentración del pervertido estaba fija en el Hiraishin. Sus dedos rozaban el papel entintado, como si con tocarlo pudiera saber o hablar con el sello. Jiraiya hizo eso muchas veces más por los siguientes veinte minutos. Cuando se cansó de ello, se levantó del sofá y caminó en círculos por la habitación.

—Estoy sorprendido, chicos —murmuró, su tono apagado pero franco—. Estoy muy sorprendido. Se ve bien, el sello se ve muy bien. Puedo imaginar que todo esto tiene una razón de ser, ¿verdad? Así que cuéntenme lo que pasó.

—Yo tuve un sueño, o una visión —respondió de inmediato Naruto. Jiraiya le prestaba toda su atención ahora—. Alguien o algo me enseñó esta rara forma. Dijo que era el símbolo de las cinco dimensiones. Que, con ellas, podría moverme entre el tiempo. ¡Incluso lo probé! El sello funciona.

—Espera un momento —gruñó Jiraiya—. ¿Lo probaste? ¡Eso es demasiado peligroso, Naruto! ¡Pudiste haber muerto en un segundo!

—¡Pero no lo hice! —Se defendió.

Jiraiya cerró los ojos y respiró hondo un par de veces. Cuando se tranquilizó, los volvió a mirar. Su aspecto era más bajo que antes. Las ojeras y arrugas de su rostro se acentuaron más. Lucía más delgado y estaba muy estresado. ¿Quién sabe por qué cosas pasó? La realidad era que Naruto no entendió que Jiraiya tenía un nuevo problema creciendo a lo lejos de la aldea. Algo que llamó mucho su atención y que podía poner en peligro la paz débil de las naciones.

—De acuerdo. El sello funciona. Eso es bueno —hizo una pausa mientras volvía a sentarse en el sofá—. Solo nos queda la energía que vas a tener que usar. ¿Alguna idea?

—En lo único que puedo pensar es en el Kyubi —respondió Shisui.

—¿Sigues sin tener su chacra, Naruto? —le preguntó Jiraiya.

—Ha crecido un poco, pero solo está de mi tamaño. El zorro es enorme, supongo que debe tener un cinco por ciento de su poder total —respondió Naruto, luego hizo una pausa—. Pero tal vez podamos encontrar otra forma de energía. Aún nos queda atrapar al Tipo Sombra, él debe saber algo que nosotros no.

Jiraiya sonrió por un segundo.

—Podría ser, pero siguen sin encontrarle la pista. ¡Quién sabe en dónde se oculte! —exclamó Jiraiya—. Bueno, hace un poco de hambre. Iré a comer algo al mercado. También iré con el Tercero para saber qué ideas puede tener él sobre este asunto.

—Está bien —dijo Naruto.

Cuando estuvieron solos, Naruto solo le sonrió y comenzó a explorar un poco sobre cómo conseguir el suficiente chacra para el sello. Decidió visitar a Kurama en su espacio mental. Cerró los ojos y se concentró en explorar su mente, los caminos confusos entre sus ideas y su inconsciente. Después de un minuto estuvo allí. El lugar seguía estando muy oscuro. Lo que antes había sido una red de tuberías, ahora solo era una gran habitación de acero con trazos tan extraños y confusos. Al fondo estaban dos puertas hechas de tubos de acero, ambas abiertas de par en par. Era demasiado lugar para Kurama, quien seguía estando chiquito.

Bonito recuerdo | Naruto Fem x ShisuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora