Espejo [5]

851 158 20
                                    


Conocer a las personas es fácil, conocerse a sí mismo no tanto.

¿Cómo puedes descubrir que te gusta y que no? ¿Desde dónde partías? ¿Dónde comienzas a explorar? 

Las preguntas nublaban la cordura de Spreen, lo consumían poco a poco, matándolo. 

No soportaba sentirse extraño, ajeno a sí mismo, como si hubiera dejado de ser él. 

—. ¿Estás bien? - pregunta su madre, acariciando su cabello. 

—. Ma', ¿tú alguna vez has dudado de quién eres o de qué te gusta? - preguntó, con total confianza. 

Su madre se había encargado de que fuera así, de que sintiera total confianza sin importar el tema. Incluso, fue su madre la que lo aconsejó con sus dudas hacia las chicas. 

—. Sí, supongo que durante la adolescencia es normal sentirse así. ¿Por qué? ¿Tienes dudas de algo? - cuestionó su madre.  

—. Siento muchas dudas - respondió, nervioso, aunque sabía que no le dirían nada, igual sentía una leve ansiedad —. Creo que me gusta un chico.

Su madre guardó silencio, sin embargo, en ningún momento dejó de acariciar su cabello. 

—. ¿Y cómo te sientes con eso? ¿Confundido? - preguntó su madre.

—. Algo, pero más que eso, siento mucha curiosidad. De saber por qué, ¿sabes? Nunca me imaginé que me gustaría un chico y menos que ese chico fuera "ese chico" - respondió Spreen con un sonroso. 

Escuchó una leve risa de su madre, ella le dió un beso y lo siguió acariciando. 

—. ¿Sabes? Hace muchos años, cuando yo estaba en la prepa, solía salir con más mujeres que con hombres - reveló su made. 

Su boca se abrió ante la inesperada confesión, se sentía demasiado impresionado. Una cosa era saber que tu amigo es gay, otra es enterarte que tu madre es bi. 

—. E-entonces, ¿por qué con papá? - preguntó. 

Su madre dijo que salía con más mujeres que con hombres, entonces, ¿por qué decidió casarse con un hombre? 

—. No depende del sexo, hijo, depende de la persona - respondió —. ¿Consideras que tu padre es mala persona o fue un mal padre en algún momento? 

Analizó toda su vida. 

Su padre siempre estuvo presente en cada partido que tuvo, lo celebro y lo felicito como si hubiera campeonato más grande del mundo. Estuvo presente cuando se le cayó su primer diente, estuvo presente en cada graduación. Celebró todos sus cumpleaños y le dio un gran regalo. 

Su padre no tenía defectos, y si tuviera que decir qué fue lo peor que hizo contra él, tendría que confesar que fue el mandarlo a dormir porque había estado jugando todo el día en la computadora. 

Negó como respuesta —. Papá es una gran persona y un gran padre también - respondió. 

—. Así es, no importa con cuantas mujeres u hombres estés, siempre habrá alguien que amarás por quién es, no por lo que es. ¿Por qué te gusta esa persona? ¿Por qué es atractiva o por qué tiene algo que no sabes qué es? 

¿Por qué le gustaba Quackity? 

Su personalidad era buena, trataba a todos con amabilidad, incluso cuando a él no lo trataban igual. Era bueno con su madre, siempre se acordaba de ella y la tiene en cuenta. Es gentil con los animales, incluso, la mascota que tiene fue rescatada por él de la calle. 

No sabía como describirlo, Quackity era simplemente Quackity. 

—. No tienes que decidir por algo o por alguien, eres joven, y las cosas las sabrás con el tiempo. Por ahora, concentrate en tus metas personales y deja que todo fluya, igual, si tienes dudas, intenta experimentar. Igual, si quieres, sal con esa persona y descubre si te gusta la persona o lo que la persona es - aconsejó su madre. 

Ante eso, no pudo objetar. Era un buen consejo, dentro de lo que cabía. 

Pero intentar salir con Quackity era arriesgado, sería sacrificar una gran amistad por una simple "curiosidad", y no podía arriesgar eso. 

El viernes, el día que solía salir con Quackity siempre, se decidió por preguntarle. 

¿Quién mejor que tu amigo gay para preguntarle sobre hombres?

—. Oye - llamó, Quackity fijó sus ojos sobre él —. ¿Recuerdas que te dije que estaba seguro de ser hetero? Pues, quizá no sea así. 

El menor lo miró confundido, no sabiendo qué decir o hacer. 

—. Creo que me gusta alguien, y no es una chica - confesó. 

Quackity lo miró asombrado, se sentía impactado, pero sobre todo, dolido. 

Perder el corazón de Spreen contra chicas era aceptable y bastante esperado. Pero perder contra otro chico era doloroso, sólo le dejaba claro que no se trataba del sexo, sino, de la persona, y él no era la persona para Spreen. 

—. ¿Y qué tal? ¿Qué piensas hacer? - preguntó el menor, disimulando su mal trago. 

—. No sé, por eso te lo cuento a ti. No sé qué hacer, no sé si realmente me gusta o si yo le gusto, porque es una persona cercana y no creo que yo le guste a alguien tan increíble como él - respondió Spreen. 

¿Algún chico cercano a Spreen que sea increíble? Sólo se le podía cruzar Roier, después de todo, casi todos los sábados iban a la cancha para jugar. 

—. No sé qué decirte, tu proceso no es el mismo que el mío. Yo desde pequeño me sentí fuera de mí, y cuando comencé a crecer y a probar estilos, fui conociendo y me fui aceptando. Mis gustos y preferencias no fueron un problema - respondió Quackity. 

Spreen se sintió confundido, quizá buscar una solución a su problema amoroso con la persona causante no era una buena opción. 

—. Bueno, no te preocupes. Mi madre dijo que todo se aclararía con el tiempo - respondió —. Sólo me gustaría, que el tiempo me asegure que esa persona es esa persona. Quisiera tener algo que me garantice que se quedara conmigo a pesar de todo. 

Le dolía la ilusión con la que Spreen decía aquellas palabras, sus ojos brillantes y su sonrisa boba. 

—. Si esa persona es para ti, no importa qué, la vida siempre se encargará de juntarlos. Y si no funciona en esta vida, funcionará en la siguiente - apoyó. 

Spreen lo abrazó fuerte, le susurró un pequeño "gracias" para después marcharse. 

Quackity llegó a su casa, algo deprimido. Se acostó en su cama y pasó todo de largo. 

—. ¿Qué pasó, cariño? ¿Por qué estás tan achicopalado? - preguntó su madre, acariciando su cabello. 

—. Mamá - murmuró, con la voz cortada —. A él le gusta otro chico, el problema no era esa frontera de la "preferencia", era yo. 

Su madre se acercó y lo abrazó fuerte, consolándolo. 

Quackity dejó salir unas cuantas lágrimas. 

—. El problema no eres tú, mi amor. Sólo son cosas que no se dan, tranquilo - su madre acariciaba su cabello, mimandolo y consolándolo —. Dale tiempo al tiempo, todo se aclarará en un futuro. No te agobies, bebé, tú eres increíble. 

Quackity aceptó cada palabra de su madre, sintiéndose mejor. 

Él no tuvo un padre que celebrará sus campeonatos de baile, pero tampoco lo necesitó, su madre siempre estuvo y no necesitaba a nadie más. 

El tiempo todo lo aclara, y se apresura más si nos esforzamos. 

Quizá, era momento de que no le importe esa "frontera" de amigos, e intentar algo con Spreen. ¿Qué perdería? Una amistad de toda la vida, pero, ¿qué tal si sí funcionaba? Conseguiría ser feliz, y jamás decirse un "¿y si...?". 

El tiempo todo lo aclara, pero somos nosotros quienes nos esforzamos para que el tiempo avance. 


True Love - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora