Tragos dulces [6]

867 148 56
                                    


Quackity veía a Spreen jugar su partido de fútbol, Roier era su mano derecha y se comunicaban incluso con sólo verse. 

Comunicación, parecían tener una conexión. 

Tenían todo en común, mismos juegos, mismas "tradiciones", mismas aficiones. Era obvio que Spreen hablaba de Roier cuando dijo "chico especial". Roier coincidía con todo. 

Ahora que lo pensaba, no tenían muchas cosas en común, eran polos opuestos que por alguna razón congeniaban a la perfección. Raro, supone que es de esas amistades que no sabes cómo pero siempre perduran. 

—. ¡Y el equipo ganador es el tercer año de preparatoria! - exclamó la anunciadora. 

¿Por qué Estados Unidos tenía que ser tan cliché? 

La presentadora era un mujer rubia, delgada, de ojos azules con ropa corta. 

Spreen celebró su victoria con todo su equipo, sosteniendo a Roier en todo momento, aunque abrazó a todos, se quedó más tiempo con Roier, incluso cuando el abrazo ya se había disuelto. 

La presentadora se acercó a ellos y fue poniendo medalla por medalla, guiñandole el ojos a Spreen cuando lo tuvo de frente. 

No pudo ver la reacción de Spreen por el fotógrafo que se metió, pero estaba seguro que le gusto. ¿Cómo? Porque es Estados Unidos y él es el futbolista popular cliché que sale con la chica rubia bonita y se vuelve un patán. 

—. ¡Spreen! - exclamó la madre del pelinegro, acercándose junto a su esposo. 

Quackity suspiró, esa sería su "señal" para acercarse. 

Aunque fueran amigos de hace muchos años, le daba vergüenza acercarse después de un partido, sentía que podrían pensar que eran algo más que amigos, aunque eso no era ni una probabilidad. 

—. ¡Ese es mi campeón! - el señor, padre de Spreen, se acercó a él y lo abrazó fuerte. 

Quackity sonrió al ver el sonroso en las mejillas de su amigo, se quejó un poco, pero ni siquiera luchó por zafarse. Le gustaba la atención de sus padres. 

—. Hola, campeón - saludó a su amigo, dándole palmadas en su espalda. 

Spreen ya siendo libre de su padre, se acercó a abrazarlo. 

—. Que frío eres, mi patito - se quejó Spreen, abrazándolo fuerte —. Felicitame tan cálidamente como el resto - susurró. 

Al separarse, Spreen se quitó su gorra para ponérsela a Quackity, le sonrió y se alejó, dejando perplejo al menor. 

Quackity no podía procesar lo que acababa de pasar, estaba seguro de que ese es un gesto que nunca había sucedido en los años que se llevan conociendo. 

No pudo acercarse a Spreen de nuevo porque fue acaparado por todo el mundo junto a su equipo de fútbol. 

No le dio tanta importancia, se fue con los padres de su amigo y platicaron por un buen rato. Aunque la señora, madre de su amigo, no le quitaba la vista de encima, lo cual era raro, porque nunca se comportó de ese modo con él, parecía analizarlo. 

—. ¿Y qué harás luego de la prepa? - preguntó el hombre. 

El hombre solía intentar platicar más con él por ser ambos "hombres", y no le molestaba, pero no sabía cómo seguir una conversación estereotípica de hombres. 

—. Pienso continuar con el mundo artístico, la danza y esas cosas de gimnasia - respondió, bebiendo el jugo que ambos adultos le compraron. 

—. Tan apasionado como mi hijo, no me extraña que sean amigos - comenta el hombre sonriente. 

True Love - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora