Una y mil veces más [15]

1K 129 78
                                    


—. Hola - saluda, quería sonreírle, para demostrarle que ya no afectaba, pero era imposible. 

—. Hola - regresó el saludo, sonriente a más no poder —. No creí que querrías venir.

Quackity bufó, agachando la cabeza, no pudiendo sostenerle la mirada. 

—. No quería venir en primer lugar - responde. 

Spreen se mordió su labio inferior, teniendo un presentimiento sobre eso.

—. Entonces, ¿qué haces aquí? - pregunta.

El menor suspiró pesado, al lado suyo, tomó una canasta y se la dio.

—. Acepte regalos del apellido Buhajeruk, pero no esperé que tú aprovecharías para mandarme algo - comenta —. Quiero decirte que no lo necesito, y que-

Sus palabras fueron ahogadas por un beso, uno desesperado y tan suave como la brisa que los rodeaba. 

Quackity se quedó sin aire rápido, sintiendo como aquellos labios se movían desesperados sobre los suyos. La impresión no era fácil de digerir, sobre todo al sentir una mano que lo jalaba para que se acercará a su cuerpo. 

—. No te vuelvas a ir, deja los regalos, recházalos, quémalos, has con ellos lo que quieras, pero quédate conmigo, por favor - pide Spreen, abrazándose al cuerpo del menor.

Quackity quedó perplejo, todo había sucedido demasiado rápido. 

—. Perdóname, maldita sea, perdóname, por favor - suplica, dejando que Quackity sintiera sus lágrimas en su pecho —. No sabes cuánto me arrepiento, no hay día donde no piense por lo que hice. Por favor, perdóname, por favor.

El menor miró hacia abajo, encontrándose el rostro lloroso del mayor. 

—. Está bien, hablemos con más calma, tranquilo - dice, intentando calmarlo porqué parecía que estaba a punto de ahogarse con sus propias lágrimas. 

Spreen asintió, limpiándose las lágrimas y dejándolo pasar a su apartamento. 

Quackity caminó por el lugar, mientras que el mayor iba por té. 

El lugar era moderno y minimalista, limpio, impecable y organizado; nada comparado a su apartamento hecho un desastre. Sonrió al recordar ese contraste entre ellos, era por eso que Quackity hacía vivir a Spreen y Spreen hacía balancear a Quackity. Se regularizaban entre ellos, eran como el Yin y el Yan, polos opuestos que juntos hacían uno solo.

—. Perdóname por el desorden, me acabo de despertar y no esperaba visitas - dice, sorprendiendo a Quackity, quien no veía el "desorden", hasta que Spreen tomó una revista del suelo y la guardó junto a otras dos.

Quackity suspiró pesado, bebiendo del té que le dio Spreen, notando que había un cenicero en el lugar.

—. ¿Desde cuándo fumas? - pregunta, curioso.

—. Oh, eso, no es mío - responde, organizando las revistas —. Los colegas de la universidad vienen a mi apartamento porque es el más grande y más limpio, ellos beben y fuman acá, luego me ayudan a ordenar y se van. 

—. ¿Vienen seguido? - vuelve a preguntar, viendo una camisa en un mueble.

—. ¿Ahí estaba? MinJoon la andaba buscando, ese idiota - Spreen se levantó para alcanzarlo. 

Quackity no podía creer lo mucho que había cambiado Spreen, su tono al hablar estaba algo oxidado por acostumbrarse al Coreano, pero seguía siendo casi igual. También podía asegurar que estaba más alto y corpulento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 25, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

True Love - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora