High School DxD: El Monarca De La Destrucción.(2)

269 Capítulo 269

A la mañana siguiente, luego de reponer energías con un buen desayuno cortesía de Shirou, los dos maestros comenzaron a prepararse para su partida de hoy. Según Rin, dado que iban a visitar a Illyasviel inesperadamente, al menos deberían estar presentables.

Los dos se turnaron para ducharse y, como de costumbre, Archer tuvo que hacer un viaje a la residencia de Emiya para conseguir la ropa de Shirou. Afortunadamente para él, el armario de Shirou no contenía mucha variedad de ropa, y la mayoría de las camisas eran del mismo diseño, blancas con mangas azules.

Con los cuatro listos, fueron a dejar a Fujimura a su casa, y Rin alteró sus recuerdos para que no sospechara nada cuando despertara.

Después de eso, llamaron a un taxi para que los llevara al borde del bosque y se dirigieron allí.

Tan pronto como salieron del taxi y se alejaron, Archer se materializó. Su expresión era seria.

Y con eso avanzaron, con los dos sirvientes al frente por si había alguna trampa.

Después de caminar unos minutos, Archer se detuvo y les hizo una señal a los demás para que también se detuvieran.

"Siento algo de prana justo aquí..."

Se inclinó y estiró su brazo hasta el suelo frente a él. Cuando hizo contacto, hubo una pequeña chispa en sus dedos. Por supuesto, ni siquiera se inmutó debido a su alta resistencia mágica.

"Considerando que vamos al escondite de un mago, supongo que era de esperar que hubiera trampas. Aunque parecen prácticamente inofensivas. ¿Una alarma tal vez...?"

"Como pensé, ella controla todo el bosque. No creo que haya ningún problema. No estamos aquí para atacarla, estamos aquí para hablar. Será mejor que llamemos su atención".

Habiendo dicho eso, Rin caminó con confianza hacia los dos sirvientes. Justo cuando estaba a punto de pasar a Archer, hubo otra chispa, esta vez mucho más grande y poderosa, que derribó a Rin y la repelió unos metros.

Prácticamente no hizo ningún daño, pero hizo enojar a Rin, quien se puso de pie gritando.

"Esa mocosa... ¿¡Cómo se atreve!? ¡Te reíste! ¡Te escuché! ¡Archer, destruye todas las trampas en el camino!"

Shirou, Archer y Saber no pudieron evitar sudar ante el repentino cambio de actitud.

Después de suspirar, Archer convocó a Gae Dearg y se dispuso a avanzar, cortando cualquier trampa o campo delimitado que se interpusiera en su camino. A su lado, Saber caminó sin inmutarse. Debido a su resistencia mágica de rango A, su mera presencia fue suficiente para destruir las trampas.

Siguieron caminando un rato, hasta que de repente ya no hubo más trampas. Era extraño, y por un momento pensaron que se habían perdido. Sin embargo, siguieron avanzando hasta que llegaron a un claro, donde encontraron el castillo. Era un edificio muy grande, con paredes blancas y lleno de ventanas y rejas azules.

Archer se giró para mirar a Rin con expresión inquisitiva, "¿Es normal que las chimeneas arrojen tanto humo en este momento?"

Efectivamente, sobre el techo del edificio, se podía ver una columna de humo.

"Lo dudo. ¿Qué está pasando ahí? No me digas qué-" Rin fue interrumpida cuando una de las paredes del castillo literalmente explotó.

"¡Una pelea!" Shirou gritó alarmado.

"Pero, el único sirviente restante que podría estar involucrado es Lancer. ¿Por qué su maestro decidió atacar a Berserker tan repentinamente?" Saber analizó mientras permanecía en calma.

"No hay tiempo para averiguarlo. Tenemos que ver qué está pasando".

Después de decir eso, Archer corrió hacia la entrada principal del castillo, seguido por Saber y los dos maestros.

Una vez en la puerta, Archer la abrió lentamente para estar en silencio, y los cuatro miraron para ver qué estaba pasando adentro. Lo que vieron fue impactante, por decir lo menos.

A unos metros de ellos estaba el hombre rubio que todos excepto Saber habían conocido antes, de espaldas a ellos y vestido con su habitual chándal negro. Sus manos estaban en sus bolsillos, y detrás de él había numerosas ondas doradas, de las cuales varios fantasmas nobles de todo tipo salieron a gran velocidad.

"¡ROOOOAAAAR!" Berserker estaba al otro lado de la habitación, cerca de las escaleras que conducían a la siguiente habitación del castillo. Estaba balanceando su espada hacha de piedra frenéticamente, esquivando la mayor cantidad posible de los fantasmas nobles que le arrojaron.

Unos metros detrás del sirviente gigante estaba Illya, parcialmente escondido detrás de la escalera, observando con horror cómo su sirviente era brutalmente asesinado por la inmensa lluvia de nobles fantasmas.

También estaba Shinji, observándolo todo con una sonrisa confiada desde un rincón de la habitación llena de escombros.

Todos estaban demasiado distraídos por la lucha para notar a los nuevos espectadores.

"De ninguna manera..." Shirou y Rin palidecieron al ver la escena frente a ellos. Ver cómo el sirviente Berserker fue derrotado con tanta facilidad y sencillez fue realmente impactante.

Archer observó la pelea con una expresión seria y una mirada analítica. Con una mirada a las armas de todo tipo y forma que estaban siendo disparadas, pudo decir la identidad del sirviente, y no eran buenas noticias. Estos no eran fantasmas nobles, sino los prototipos originales sin nombre que les dieron origen. Solo había un espíritu heroico que podía poseer todas esas armas, la más antigua de todas.

Por mucho que el sirviente de la locura intentara defenderse y esquivar las armas que le disparaban, no podía atraparlas a todas, simplemente eran demasiadas, y su enorme cuerpo lo convertía en un blanco fácil. Finalmente, una espada aterrizó en su frente y, seguida de varias, aterrizó en su pecho.

"¡Eso hace once! ¡Te estás quedando sin oportunidades, Hércules!" exclamó el sirviente rubio con una sonrisa maliciosa.

"¿Arquero?" Saber susurró sorprendido, reconociendo al sirviente frente a ellos.

Archer se giró para mirarla, pero de inmediato se dio cuenta de que no se refería a él, sino a la sirvienta rubia.

"¡ROOOOAAAAR!" Berserker rugió de nuevo cuando su noble fantasma lo revivió, usando la penúltima vida que le quedaba. Los nobles fantasmas clavados en su cuerpo fueron expulsados ​​en el proceso y se dispersaron en puntos de luz dorada.

"¡Berserker, no pierdas!"

Al escuchar el grito desesperado de su pequeño maestro, Berserker volvió a rugir y su cuerpo brilló rojo con el poder que lo inundaba. El gigante negro siguió avanzando en una carga desesperada.

Esa era la naturaleza de esta pelea. Si Berserker pudiera alcanzar al sirviente rubio, sería su victoria. Entonces el sirviente tuvo que matar al gigante negro antes de que pudiera acercarse. Incluso entonces, ya se sabía quién ganaría.

Era imposible que Berserker se acercara, pero aun así, siguió moviéndose. No fue porque estuviera en un estado de locura, sino porque tenía que proteger a su maestro. Así que siguió adelante y recibiendo todos los ataques.

"Je, como se esperaba de un perro rabioso, solo sabes pelear. Pensé que podrías ofrecer más como semidiós, pero esto es una decepción. Voy a terminar esto ahora".

El rubio levantó su mano derecha y detrás de él aparecieron aún más ondas doradas. Todos dispararon un arma al unísono.

Berserker esquivó la mayoría de ellos, pero inevitablemente terminó muerto.

Sin embargo...

"¡ROOOOAAAAR!" Volvió a rugir y se levantó de nuevo, sacudiéndose los nobles fantasmas de su cuerpo.

"¿Qué?" El sirviente rubio se sorprendió, y no es de extrañar.