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"Necesito un gángster para que me ame mejor de lo que los otros lo hacen"

El motor de las motocicletas resonó en toda la calle, los peatones que se encontraban deambulando en las banquetas miraban anonadados los dos vehículos que iban a alta velocidad. Los radios de las patrullas policiales que se encontraban a la redonda no tardaron en lanzar el código de alerta, si esos dos se encontraban en las calles significaba que algo malo pasaría.

"Aquí, policías Kim TaeHyung y Jeon JungKook, tenemos un DK13,

Agust D y Kitty Gang están en las calles centrales de Seúl"

Kitty Gang y Agust D eran muy conocidos en Corea, uno por ser un ladrón innato de joyas, bancos y todo lo que deseara, el otro por ser un asesino sin escrúpulos. Ambos sabían huir de la policía a la perfección, esconderse y no dejar rastro alguno en sus escenas del crimen, pero había un pequeño detalle que jodía sus maravillosas vidas.

Agust D estaba enamorado, muy obsesionado, con Kitty Gang, joder si, el frío y psicópata asesino estaba loco por el sexy y misterioso ladrón.

¿Quién mierdas se enamoraría de un chico que usa el color rosa y la imagen de Hello Kitty en todo lo que usa? Nadie, o por lo menos Agust estaba seguro de que él no, era un gusto espantoso, Kitty no era su tipo en absoluto porque él era demasiado cerrado y un heterosexual empedernido.

Pero vamos, estamos hablando del hermoso y apetecible Kitty Gang, el chico de cabellos rosas, mirada coqueta, labios esponjosos, mejillas regordetas, cuerpo de infarto y flexibilidad del demonio.

Agust había caído por ese niño bonito cuando por obra del destino sus caminos se entrelazaron, él tenía cuentas pendientes con el líder de una mafia, quien casualmente poseía una joya que Kitty planeaba robar y ¡boom!, fue un enamoramiento a primera vista.

Kitty Gang esa noche llevaba un pantalón de cuero negro pegado a sus deliciosas piernas, firmes muslos y respingón trasero, unas botas de tacón alto negras, un top blanco semitransparente con el logo de Chanel que dejaba a la vista su ombligo y una chaqueta negra con pedrería púrpura.

Agust D por su parte llevaba algo básico en tonos verdes militares y negro, su cabello rubio estaba húmedo por el sudor y su cuerpo estaba lleno de sangre, la cual provenía de sus recientes víctimas. Estaba retirándose de la escena del crimen cuando vio a Kitty entrando sigilosamente por una de las ventanas y lo primero que pensó al verlo fue que era similar a un gato, tenía movimientos rápidos y delicados que lo sedujeron en un parpadeo.

Kitty Gang no era consciente de su presencia, solo estaba actuando como siempre lo hacía, su mente estaba centrada solamente en robar el diamante rosa que el mafioso ChunWoo tenía en su posesión. Iba avanzando mientras noqueaba y asesinaba a los guardias de seguridad que se interpusieran en su camino, prefiriendo mayormente dejarlos inconscientes, ya que no era de su gusto matar por matar.

Agust le seguía con una distancia considerable, encargándose de cuidarle la retaguardia, la cual sinceramente para ese momento le había robado los últimos cinco suspiros que había dado. Estaba fascinado con el peli rosa y muy impresionado de sus habilidades, intrigado de las armas que portaba porque esa pistola rosa con calcomanías de Hello Kitty era demasiado infantil y las katanas rosas dobles en su espalda eran geniales, lástima que no las desenfundaba para asesinar a los gorilas que se le lanzaban encima.

Esa noche Kitty Gang logró robar el diamante que quería fácilmente sin saber que hubo alguien ayudándole, no lo supo hasta una semana más tarde cuando la noticia sobre la muerte de ChunWoo salió en las noticias. Lo único que pudo pensar al enterarse fue que quizás habían estado en la mansión de la mafia en horarios distintos, pero pronto se llevó la sorpresa de que no era así porque alguien le había empezado a seguir los pasos y no se inmutó en absoluto cuando descubrió que se trataba de Agust D.

𝓐𝓶𝓪𝓷𝓽𝓮𝓼 𝓹𝓮𝓵𝓲𝓰𝓻𝓸𝓼𝓸𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora