Capítulo 14

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Zayn

—Estoy aburrido —musité, cambiando los canales de la televisión.

—Pues bienvenido al club —Lauren se recostó a mi lado y Camila se dejo caer del otro.

Los tres habiamos sido relegados al loft de Liam luego de que todos los malditos lobos salieran corriendo detrás de una pista para descubrir dónde estaban los demonios en ese momento. Liam tenia miedo de que las cosas nos atacaran, por lo que apenas le habían dicho que había una pista había salido corriendo para investigar.

Supuestamente, las cosas se estaban escondiendo en una caverna subterránea en el bosque. Siendo que todo el lugar estaba perfumado con su aroma realmente pensé que me iba a dejar sin niñeras. Para mi desgracia, no solo me dejo una, sino que tres niñeras. El bote de pastillas golpeando mi frente me dijo que la chica que faltaba había entrado en el cuadro.

—Tomate las pastillas, Zayn —Ruth coloco un vaso de agua frente a mi rostro.

—No necesito estas cosas —aseguré —Además, saben igual que chupar una cadena... vieja.

—¿Cómo sabes que gusto tiene una cadena vieja? —Camila levanto la cabeza para mirarme.

—Tomate las malditas vitaminas, Zayn —gruño Ruth, seguramente ya harta de mis berrinches.

—No quiero —le arroje el botecito, dandole en el centro del pecho.

—¡Zayn! —wow, eso venia en los genes. Tenia la teoria de que la familia Payne tenia integrado la forma de decir mi nombre, como si fuese a saltar sobre mi cuello y arrancarme la cabeza con los dientes en cualquier momento.

—No te alteres —pidió Camila, haciéndole un gesto con la mano antes de mirarme —¿Zayn, puedes, por favor, tomarte las pastillas?

—No —solté, cruzandome de brazos sobre mi panza.

—Zayn, tomate las jodidas pastillas —gruño la rubia, su ceño frunciendose hacia mi.

Dando un salto, pase trabajosamente sobre Lauren y me apresure fuera de la habitación antes de que alguna de ellas pudiese detenerme. Ruth aprecio frente a mí y me escurrí debajo de su brazo antes de que abriera la boca.

—¡Zayn!

—No te comportes como un niño —pidió Lauren, quien también se había lanzado en mi persecución.

—No quiero esas pastillas —apunté, apresurandome hacia las escaleras de caracol y subiéndolas rápidamente —No me obligaran a tomarlas.

—Por el amor de Dios —senti los pasos de Camila detrás de mi en la escalera.

El piso de arriba del loft estaba totalmente vacío por lo que me apresure a escurrirme en el primer pasillo que vi y corri en busca de otras escaleras. No sé cuanto corri pero mis pies dolían y había bajado y subido tantas escaleras que ya estaba mareado. Deteniéndome en seco a mitad del pasillo, miré a los lados y fruncí el ceño al no escuchar los escandalosos gritos que habían estado siguiéndome. ¿Cómo rayos las había perdido sino había salido del edificio? Bien, lo admitia, la cosa era enorme pero bueno, nunca pensé que podría hacerlo.

Arrastrando mis pies, observe que ese piso también estaba vacío. Un detalle que había pasado totalmente por alto me golpeo directo en el rostro. ¿Por qué nadie más vivía en el edificio? ¿Acaso todo el maldito lugar le pertencía a Liam? Y si el chucho pulgoso tenia el suficiente dinero para comprar un edificio... ¿Por qué debía venderlo para comprar una casa? Algo realmente no me cuadraba.

Una nueva escalera, de escalones demasiado gastados, como si hubiese estado allí desde antes de mi nacimiento, apareció en mi linea de visión. Como no tenia ni perra idea de dónde me encontraba realmente, decidí subir. El lugar estaba en un silencio escalofriante que logró que todo mi cuerpo temblara.

El Obsequio de Zayn |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora