Fucked up Family: Red Queen

Casandra

AVISO: Los eventos de este capitulo se desarrollan en el pasado, concretamente 8 años antes. Este capitulo es un Flashback. 

Dicho esto: Disfruten el capitulo!!!

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La instalación estaba desierta y no era de extrañar, pasaban de las 8 de la noche en CADMUS. El museo de investigaciones arqueológicas y antropología forense, CADMUS, era referente internacional de investigaciones históricas y médicas. Un museo tan grande que bien podía ser comparado con una residencia presidencial. El piso tan limpio que reflejaba a cada visitante, las paredes azulejadas, las luces y piezas arqueológicas de coleccionista que la más barata compraría la mansión más lujosa de la ciudad.

Por otra parte, las salas ubicadas en las secciones superiores fueron dedicadas a las investigaciones forenses. El olor a formaldehido se sentía desde las escaleras, el olor a huesos, químicos, legías, metales y carne. El lugar era una belleza forrada en metal y cristal, cada separador, mesa, utensilios y disposición de las salas contiguas tenían esta combinación. El suelo liso y blanco que fácilmente se ensuciaba con la más mínima partícula de suciedad que entraba por los zapatos, sin embargo, todo estaba impecable.

Brennan odiaba la suciedad

Dirigía sus instalaciones como si fueran una base militar. Nada entraba o salía sin su consentimiento. Su forma estricta es lo que en parte permitió su éxito en cualquier rama de su vida. Su disciplina y el cumplimiento de sus normas la habían llevado a ser quien era: uno de los miembros más prestigiosos del consejo nacional e internacional con miles de logros a sus espaldas y... ser una asesina a sangre fría.

Brennan era implacable y letal, justo como su lugar de trabajo. Dicen que los entornos son el reflejo de nuestro interior, y el de Brennan no admitía los errores ni las manchas en el expediente. Silencioso y con un aire frío que helaba los huesos. Esas serían las primeras impresiones de CADMUS y su directora para alguien que no la conociera.

Para Casandra esa no era la Brennan que conocía, esa no era la madre que conocía.

Brennan era cariñosa y sarcástica, letal con una lengua filosa que siempre dijo lo que pensaba y no se retractaba, pero también tierna. Fue la mujer amorosa que la abrazaba por las noches cuando tenía pesadillas, la que se quedaba viendo películas con ella la noche entera si se lo pedía. La mujer que cuando la conoció tomo su mano ensangrentada y le dijo que todo iba a estar bien, que le permitió poner el cuchillo en su vientre si eso hacía que confiera en ella.

Era la madre que quiso tener y nunca se dio cuenta.

Brennan fue muy clara con sus hijas con las reglas, si las incumplían abría consecuencias en el mismo tono que las gravedades que provocaran. Ninguna de las tres se libró nunca de ellas, las reglas no eran difíciles de seguir y estaba bien orientadas hacía su seguridad física y mental.

Casandra lo sabía. Por eso se preocupó cuando su madre la llamo para presentarse en su oficina a las 8 de la noche.

Repasaba en su mente si había cometido algún fallo, pero no pudo encontrar ninguno. Su primer objetivo Aron Michent lo eliminó a la perfección, un corte limpio en la garganta y luego lo dejo para que los animales del bosque se lo comieran. Habían pasado días desde ello y no hubo noticias locales sobre la aparición de un brazo o una pierna desconocidos, pero incluso si lo hubiera no hay forma de que supieran que fue ella. Además, que cuando revisaran sus antecedentes no se molestarán mucho por el infeliz.

Esta noche tenía a su segunda víctima: Dayana López, una estafadora de bienes raíces con problemas de adicción al juego que además era una abusadora de niños, el paquete completo para variar. Casandra se encontraba tranquila para el trabajo, esa mujer era una basura de persona y se merecía morir.