Casandra

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Pasaba del mediodía cuando salió de la morgue, conducía hacia su laboratorio, al sitio donde debería haber ido de no ser por aquel favor. Podría irse a casa, por alguna razón se sentía cansada por esa autopsia, no debería, ya había hecho otras antes y luego se enfocaba en su trabajo cotidiano sin el menor percance. Pudiera deberse al hecho de que estaba segura que pronto madre las llamaría para darle cierre a esta historia de Lindsay y dios quiera que terminara bien. Lo último que quisiera hacer seria enterrar al nuevo novio de su hermana, eso no ayudaría a q su relación fuera linda.

Llego una notificación a su celular, indicando que el streaming de Daphne había empezado. Esta hermana pequeña vivía para sus redes sociales y no era para menos, era su trabajo. Su contenido era variado: desde jugar video juegos hasta mantener horas de debate sobre algún tema polémico de moda, eso sin contar sus videos de maquillaje incluso en el mismo streaming. Todo esto le llevo a tener millones de seguidores y marcas que la quisieron como representante de ellos, sin ni siquiera importarles que no fuera una modelo profesional. Lo cual no importaba mucho, puede que ni Daphne ni Casandra fueran modelos por profesión como lo era Lindsay, pero definitivamente si sabían estar frente a una cámara, habían sido educadas en ello, precisamente por quienes eran y por las hijas de quien eran.

La multimillonaria doctora en ciencias arqueológicas Brennan Blackwell, fundadora del laboratorio CADMUS el más grande que se halla dedicado a la investigación y cuidados de restos arqueológicos, sus aportes sobre el descubrimiento de civilizaciones han llegado a reescribir la historia desde sus cimientos, logros que le han otorgado el puesto de la arqueóloga más cotizada de todos los tiempos. Eso sin contar sus colaboraciones con agencias como el FBI para la resolución de casos. Esa última parte no muchos la sabían puesto que su único doctorado no era de arqueología, sino también en medicina forense, concretamente en antropología forense.

¿Quién pudiera imaginar que semejante personaje convertiría a sus tres hijas adoptivas en asesinas a sueldo? La respuesta es: nadie, así tenía que ser para siempre, el nombre de su madre no debía estar manchado, de estarlo el resto de la familia caería como fichas de dominó.

- ¡¡¡¡Hola gente linda de internet!!!! – El show había comenzado

Casandra miro la pantalla de refilón solo para encontrar a su hermana siendo.... pues ella básicamente. Daphne era carismática, media loca, intensa e inteligente, la proporción justa de belleza y cabeza. Su encanto la hacía digna de una estrella, no por nada le llegaban constantes ofertas de papeles de televisión tanto de series, películas y realitys shows, sin embargo, para este último se resistía.

Según Daphne no quería que su éxito se debiera a tener sexo, peleas y chismes mal contados de su vida privada en un programa donde intentaban juntar a las personas bajo la excusa de enamorarse, era un chiste mal contado de una sociedad que vivía de la apariencia, para eso mejor se volvía actriz porno que era un trabajo mucho más honrado. Casandra sonrió ante la idea, a Brennan le hubiera dado un infarto de ser así.

A penas pasaban de las 2 de la tarde cuando llego a su laboratorio, cruzo las puertas principales dando un breve saludo a los guardias de seguridad. Todavía recordaba la primera vez que atravesó las instalaciones siendo la dueña, fue gracioso, por su aspecto pensaron que era una estudiante que se había colado. Siempre aparento menos edad de la que tenía y sumado a su tamaño de 1.65 metros tampoco ayudo. Los guardias de seguridad (los mismos que había saludado al entrar) intentaron sacarla mientras que Casandra solo podía reír ante la expectativa de ver sus caras cuando supieran quien era. Unos minutos más tardes y la llamada de la doctora Brennan había dejado a todos avergonzados.

Su laboratorio lo había mandado a construir cuando aún era estudiante con el dinero heredado de su asquerosa familia biológica. Siempre supervisada por Brennan, su tutora legal, que había accedido a patrocinar tal laboratorio, fue su regalo de graduación de la universidad, tenía 23 años para aquel entonces. Desde ese momento había asumido el cargo de directora a pesar de ser una recién graduada a los ojos de la sociedad, pero la verdad era que había comenzado sus estudios desde los 15 años, la misma edad a la que había sido adoptada por la doctora Brennan, la misma edad que comenzó a ver cadáveres.

Fucked up Family: Red QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora