Ａｌｌ Ｍｉｎｅ ⎟⎟ ᴷᵃᵗˢᵘᴰᵉᵏᵘ

Ｓｉｅｔｅ

Izuku le enseñó a detalle todo su hogar, mientras Shigaraki con una sonrisa en su rostro, disfrutaba el tiempo junto a su amigo.
Nunca nadie había sido tan atento con el, sin duda el peliverde era un ángel.

— Así que... Ellos eran los padres de tu esposo.

— Si, ellos me dieron una vida digna después de... Escapar de él.

Shigaraki sabía perfectamente a quien se refería, por eso no iba a hacer preguntas incómodas sobre el tema. Simplemente siguió observando todo a su alrededor.
Katsuki los seguía de cerca, debía cuidar a su esposo. No permitiría que absolutamente nadie le haga daño.
Pero a pesar de su inquietud, no los interrumpida, solamente se mantenía cerca para evitar accidentes inesperados.

— Y todo ésto es el castillo. Es muy grande y muy bonito, verdad?

— Si... Más de lo que creí, sinceramente.

— Me alegra que te guste... Ahora vas a ir con Sero? Espero que disfruten el paseo.

Con una sonrisa pícara en sus labios, Izuku lo codeó para animarlo. El otro simplemente jugó con su cabello, un poco avergonzado por la situación.

— Gracias... Nos vemos.

Se despidió del pecoso para irse tranquilamente hacia la salida.
No quería hacer esperar mucho al pelinegro, ademas tenía mucha curiosidad sobre el. Quería conocerlo más.
Una vez en la puerta, los guardias de la misma le abrieron para que pudiera salir.
Ahí estaba Sero, esperando con paciencia mientras estaba sentado en las escaleras. Tenía su mirada perdida en el cielo mientras estaba sumido en sus propios pensamientos.
Se acercó un poco, para tocar su cabeza con suavidad, llamando su atención.

— Hola, ya estoy.

El otro se asustó por el repentino toque en su cabeza y la voz que lo quitó de sus pensamientos. Había sido muy sigiloso.

— H-hola... Me asustaste.

— Jaja, lo siento. No era mi intención.

Divertidos, comenzaron a caminar juntos por el camino, hasta comenzar con el recorrido.
Hablaban de sus vidas para conocerse mejor, mientras el peliceleste conocía un poco más los alrededores del castillo.
Era un reino muy bonito, lleno de vida y de vegetación.
Katsuki e Izuku se preocupaban porque todos lo cuidaran mucho.

— Entonces Bakugo me nombró parte de sus guardias personales. Junto a Kaminari y Kirishima los acompañamos hacia donde sea.

— Ya veo, es una linda historia... Parece gruñón, pero también una buena persona.

— Así es... Es un buen Rey. Además Izuku lo ayuda a mantenerse tranquilo y no tomar decisiones a partir de su enojo... Ya que es alguien muy impulsivo.

Sero seguía contándole sobre el reino y el Rey mismo. Amaba su hogar, era hermoso y muy pacífico. Aunque ellos eran responsables de mantenerlo así.
Shigaraki escuchaba con atención, observando esos lindos ojos brillantes al contarle sobre todo aquello.
Sonrió un poco, realmente le parecía muy lindo aquel chico.

Después de caminar y hablar por un buen tiempo, fueron a la casa de Sero. Estaba en el pueblo justo al lado del castillo, muy cerca de allí.
Era una casa sencilla, pero tenía muchas flores y plantas allí decorándola por fuera.

— Como podrás notar... Me gustan mucho las plantas.

— Jajaja, pues es muy bonita.