Nueve

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— Estás seguro de que no quieres que te acompañe?

No te preocupes, amor. Kirishima y Kaminari se ocuparan de mantenerme a salvo. Tú debes hablar con el Rey Toshinori, dijo que es algo importante.

Aquel rubio estaba inquieto. Su esposo debía viajar por el reino a cumplir responsabilidades como gobernante. Además quería seguir investigando dos cosas: la forma de poder darle un hijo a Katsuki e intentar saber más sobre su pasado.
Hacia un tiempo que le estaba planteando a su esposo que quería saber quiénes eran sus padres y de donde venía.
Katsuki quería acompañarlo, era muy importante. Pero debía quedarse.
Justamente el reino vecino necesitaba una audiencia urgente.

Oigan, el idiota del rayo y el pelos de mierda... Si mi esposo vuelve con un solo rasguño, los mataré.

No te preocupes, Katsu-bro. Lo cuidaremos muy bien. Suerte con el Rey Toshinori.

Suspirando, no tuvo más remedio que ver como se iban los tres.
Por suerte aquel Rey era muy amigo de sus padres, cuando era muy pequeño fue a ver junto a ellos algunas veces.
De cierta forma ya se conocían, aunque no lo recordaba muy bien.
Era muy pequeño.

Sero estaba junto a Mina a su lado, debían encargarse de seguir protegiendo sus espaldas. Más ahora que tenía el reino vecino para hablar con él.

Katsuki-sama, el Rey Toshinori y la Reina Inko están por atravesar el portal.

Bien.

Siempre que venía alguien entraba de esa forma, para seguir manteniendo al reino en secreto y protegido.
Hacían varias generaciones que todo era así; nadie podía llegar hasta allí sin conocer el camino.

Varios soldados y dragones estaban alrededor de la entrada del castillo. No podían bajar los brazos, tal vez era una trampa para conquistar el reino.
Desde el incidente de su esposo, que casi lo secuestraron y se lo llevaron al frente de sus ojos, no volvió a bajar la guardia; era muy precavido.
Finalmente aquel portal negro brillo, dejando ver un carruaje de madera siendo tirado por cuatro corceles blancos.
Los soldados que los escoltaban se acercaron para abrir más puertas del vehículo, y de esa forma ambos se bajaron del mismo.

Katsuki estaba parado en las escaleras, con sus brazos cruzados y completamente serio. Allí los esperaba mientras se acercaban.

Katsuki Bakugo... Cuánto has crecido. Aún recuerdo cuando eras un pequeño niño travieso.

Sonrió al verlo, de esa forma estrecharon sus manos.
Katsuki seguia con su semblante serio, sin cambiar su expresión.
A pesar de todo no confiaba en él.

Toshinori, espero que realmente sea importante. Tuve que dejar viajar solo a mi esposo y nada me inquieta más que eso.

Inko mordió su labio inferior, conteniendo las ganas de preguntarle sobre él, pero primero prefirió esperar a que entraran y hablaran con tranquilidad.

Ella es mi esposa, Inko Midoriya.

Un placer, Rey Bakugo.

El placer es mío...

Aquella mujer se le hacía muy familiar, así que la miró por varios segundos. Pero no supo desifrar el porqué, así que simplemente decidió dejar aquello en el olvido.

Pasen, hablemos adentro.

A pesar de ser gruñón y malhumorado, sabía reconocer en qué momentos debía actuar con respeto.
De esa forma todos entraron, siendo escoltados por sus respectivos guardias.
Caminaron en silencio hasta que llegaron a una sala, donde había una mesa con el té ya servido para los tres. También habían dos cómodos sofás enfrentados.

All   Mine ⎟⎟ ᴷᵃᵗˢᵘᴰᵉᵏᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora