OLIVIA
Son las 4:00 am y aquí sigo, estancada en el ayer, preguntándome lo que tendría que haber hecho para no arruinar lo que más amaba. Mis recuerdos me queman, aquellos insultos que una vez se clavaron en mi mente ahora me apuñanalan por la espalda, aprovechándose de mi vulnerabilidad. La ansiedad me come por dentro, llevándose cada parte de mi cuerpo. Dicen que el arte es el consuelo para los desconsolados, y creo que es cierto, cuando mis recuerdos se vuelven armas contra mí y mi ansiedad no me deja dormir, me da por escribir versos reflejando mi dolor, es la única manera en la que me siento libre expresando mis sentimientos. No sé si alguna vez os he contado sobre mis sueños, ya que me parece algo muy personal, pero, uno de mis mayores sueños es llegar lejos en la vida por lo que hago, llegar a vivir del uso de mis sabias palabras que son escritas con el fin de desahogarme.
Durante esta semana he estado intentando pasar página, pero se me ha hecho imposible, su hermosa sonrisa se encuentra dando vueltas en mi mente todo el día y, tampoco ayuda el hecho de que vivamos en la misma casa. Ella y yo hemos hecho como si no hubiese pasado nada entre nosotras, supuestamente somos "amigas", pero sinceramente, no puedo ser su amiga cuando cada vez que la miro, en mi mente sólo se encuentran esos nostálgicos besos en la madrugada y esa hermosa sonrisa que me dedicaba sólo para mí cada vez que me miraba a los ojos.
Después de pasar tanto tiempo en mi cabeza mientras me meneo inquietamente por mi cama llena de puros pensamientos sin salida, caigo rendida, se me han hecho las 5:30 hasta que me puedo dormir, por suerte, hoy al menos duermo algo. Desde que ha pasado todo el lío de Sophie, he empeorado en todos los sentidos, mi salud mental ha caído en picado y mi insomnio trabaja día sí y día también.
6 h más tarde...
Me despierta una llamada de Marc.
Perezosamente, me levanto y cojo el teléfono.
¿Sí?-
-¡Olivia! ¡¿Por qué no has venido a clase?!
Espera, ¿qué? Dios, me he quedado dormida.- exclamo mientras me doy cuenta.
-Pensé que te habías ido antes, por eso no te desperté, estaba muy nervioso por el examen y no caí en abrir la puerta de tu cuarto, simplemente pensé que ya te habrías ido.
Dios ¡el examen!-
-Es dentro de dos horas, yo creo que te da tiempo a llegar si te das prisa, qué tonta eres.
Cuelgo.
Soy un desastre, he estado apunto de perderme un examen que me había preparado mucho por quedarme dormida. Últimamente estoy muy distante y no me concentro mucho en las cosas que hago, no estoy orgullosa de ello, simplemente no estoy pasando por un buen momento. Odio el hecho de saber que estoy empeorando todo, me siento una persona inútil que no va a llegar a nada en la vida, una carga en la vida de los demás que solamente sabe causar problemas a la gente.
Menos mal que aquí los exámenes son mucho más fáciles que en España, ya que tienen otro sistema diferente para dar clases y puedes elegir tus propias asignaturas, si no, un estudiante de intercambio lo tendría muchísimo más difícil. Así que, en parte, eso no me preocupa, ya que aparte de que los exámenes son así, sólo cuentan el 20% de la nota final.
Tengo examen de matemáticas, creo que me lo preparé bastante bien, las matemáticas no son una de mis asignaturas favoritas, en España solía sufrir bastante por ellas, aunque aún así, siempre sacaba más de un 7, eso para mí sigue siendo una mala nota. Supuestamente estoy en bachillerato de letras y no debería de tener matemáticas, pero al estar en Estados Unidos, todo cambia.
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La Chica de la Habitación de al Lado
Ficțiune adolescențiUna chica de 16 años se va de intercambio a Nueva York, allí vive el mejor año de su vida, pero suceden algunas cosas que no estaban planeadas... ⚠️: hay partes escritas en inglés.