La Chica de la Habitación de al Lado

Capítulo 15: mi Lugar Seguro

SOPHIE
Las palabras de Olivia realmente me han atravesado el corazón, me lo han roto incluso más de lo que ya estaba. Lo que más me duele es que tiene razón, ¿cómo he podido ser tan tonta como para no darme cuenta de que lo estaba haciendo todo mal? No tendría que haberla ignorado de esa manera, estaba siendo fría con ella. Supuestamente quedamos en ser amigas, pero es que no me sale ser su amiga, cada vez que la tengo cerca un fuerte cosquilleo recorre mi cuerpo poco a poco, quemándome por dentro, haciéndome querer tenerla encima de mí cada rato, sentir su caliente haliento a centímetros de mi boca, sentir su intenso sabor cereza en mis labios. Lo he hecho todo mal, mis problemas familiares no son culpa de Olivia, no se merece todo esto por culpa de mi miedo a salir del armario, todo esto es mi culpa, en ningún momento debí liarme con ella si no estaba preparada para salir del armario, ahora la he roto el corazón y eso parte incluso más el mío. Me he comportado como una completa imbécil, y no creo que me vaya a perdonar nunca. Ella me ha ayudado en muchísimas cosas, y yo, con mi maravilloso cerebro he decidido ignorarla mientras estaba teniendo un maldito ataque de ansiedad en mitad de un examen, conociéndola lo suficiente como para saber lo que eso significa, debí estar allí para ella, y me siento una persona horrible por ello. Simplemente pensé que lo mejor que podía hacer era alejarme de ella, pensé que era lo mejor porque yo no soy buena para ella, ella merece a alguien mejor, y no lo digo como excusa, ella se merece lo mejor. La necesito, no puedo más, necesito sentir sus labios contra los míos de nuevo, sus abrazos son mi lugar seguro, son el único sitio donde me siento a salvo, cuando estoy entre sus brazos mis problemas simplemente desaparecen, siento mariposas en el estómago y se me sale la sonrisilla tonta. Estoy harta de la homofobia, ojalá poder gritar que amo a una hermosa mujer pelinegra llamada Olivia, pero la gente es muy cruel, la gente busca cualquier dato de tu vida para arruinártela, sé que no me debería de importar lo que dijeran los demás, pero tengo traumas con mi familia, hay mucha gente del instituto que son capaces de hacer que se entere mi madre por las redes sociales, les conozco demasiado, buscan cualquier chisme, están tan concentrados en la vida de los demás que no se paran a pensar en que a lo mejor el problema está en ellos, pero no me puedo arriesgar, ya he sido bastantes veces el centro de atención en mi instituto. Mi salud mental no está preparada para eso de nuevo. Tampoco quiero hacerle esto a Olivia, la gente del instituto no la dejaría en paz, quiero que disfrute su año de intercambio.

Me entra una llamada de George, pero sin pensarlo dos veces, cuelgo.

Lo último que me apetece ahora mismo es cogerle el teléfono, la verdad. Entre el ataque de ansiedad y que estoy corriendo lo más fuerte que puedo, apenas puedo respirar. La gente me está mirando preocupada.

De pronto, freno de golpe y me apoyo en la pared del instituto, me estoy ahogando, cada vez mis sollozos son más fuertes, siento que me voy a desmayar.

Puedo notar que se me acerca mi profesora de literatura, que estaba saliendo un poco más tarde y me ha visto. Me está mirando bastante preocupada, no me puedo concentrar mucho en lo que dice, ya que tengo que estar muy concentrada en intentar respirar.

Mi cabeza va a colapsar, las voces de mi mente están repitiendo sin parar aquellas sinceras palabras de Olivia. Me echo la culpa, y la tengo, necesito mi castigo. La otra parte de mi cerebro está intentando parar, pero las voces de mi cabeza son más fuertes, y no se callan. Se me está haciendo cada vez más complicado respirar, y cada vez hiperventilo más, llega a un momento en el que no puedo más.

-Hey, hey, hey, hey.-Me llama mi profesora mientras me toca el hombro.

De repente, puedo observar cómo poco a poco la gente se une, me están mirando fijamente, parecen preocupados. Una de mis mayores inseguridades es que me vean así, por eso me he ido corriendo, pero ya veo que el mundo no está a mi favor.