Hambre de Victoria

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Dhelmise: Miren nadamás lo que tenemos aquí... Una chica cobarde con su grupo de fáciles de manipular.

Akane: Tu no eres un humano, poseido o híbrido...

Dhelmise: Es porque soy un demonio puro... Hmm...—apunta hacia los yakuzas—quiero que volteen a su izquierda, luego a su derecha... En unos momentos, el que vieron, no estará vivo.

Yakuza 1: ¡No tiene senti-

*Una ancla atravesó al yakuza, matandolo*

Dhelmise: Hajaja... Tontos.

Akane: ¡Todos, disparen!

Dhelmise: Hmm...

*Los yakuzas empezaron a disparar, mientras el demonio usaba una gigantesca ancla para bloquear todas las balas*

Akane: ¡MALDICIÓN!...—ve que Dhelmise está ileso—¡Sigan disparando!

Yakuza 2: ¡No nos quedan bala-

*Es atravesado por un ancla*

Yakuza 3: ¡Keido!

*Tambien es atravesado por un ancla*

Akane: . . . .—ella miraba con horror y temor como su equipo era masacrado por Dhelmise, para después caer de rodillas y ver al demonio—. . . Por favor, no me mates.

Dhelmise: ¿Matarte? No, para nada.... No serviría matarte... En cambio.... Tu me ayudarás con mi colección de hibridos—se pone en una rodilla y agarra el mentón de Akane—tienes mucha información... Y créeme que te recompensará más que Pistola.

*La chica miraba completamente asustada al demonio de las anclas. Ella sabía que no podía usar al Demonio Serpiente, ya que si ese demonio logro vencer a Itodori y Denji, no tendría problemas en acabar con el demonio con el que tiene contrato*

Akane: Y-yo....

Dhelmise: No es una opción.... Es algo que haras.... Hehehe—derrepente, Dhelmise evitó apenas ser atravesado por una motosierra—vaya, vaya... Así que continúas con esto ¿Eh?

Denji: ¡Esta vez no caeremos tan fácilmente!

Dhelmise: Eso es lo que dicen muchos, pero terminan igual—manda una ancla a Denji, que la agarra y se la regresa, justo cuando el envío su otra ancla—parece que esos golpes te reiniciaron el cerebro... Ahajaja.

Denji: ¡Mi cerebro estaba y está bien, maldito!—corta las cadenas de las dos anclas que mando, para después agarrar ambas y lanzarlas contra el demonio—¡Ahora vas a sentir el trueno!

Dhelmise: ¿Cuántas veces tendré que soportar a este tipo?—usa su ancla gigante e intenta golpearlo como si se tratase de un golpe de lado de un martillo—Esto seguro te dolera.

Denji: ¡No lo creo!—se agacha, evitando el ancla—esta vez ya tengo un plan.

*Dhelmise saco otras dos anclas, intentando atrapar a Denji con estas. Sin embargo, el chico salto, evitando las anclas, para después lanzarse hacia una parte del edificio y volver a lanzarse para atacar a Dhelmise*

Dhelmise: Nada mal—evita el ataque, para después lanzar ambas anclas a Denji para causarle daños y cortes—¡Pero yo soy mejor!

Denji: ¡Agh!—recibe los daños, pero se levanta y va corriendo contra Dhelmise—¡Voy a matarte!

Denji El Muñeco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora