Capítulo Cuatro

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Whis vio molesto y confundido a su hermana vados, nunca antes Vados se habia atrevido a ponerle una mano encima a whis.

—Whis...yo..no quise.. Yo–Vados trataba de disculparse nuevamente, pero la sola mirada de whis hizo que se quedara callada.

—Solo les pediré que se retiren de mi universo, ya dijeron lo que tenían que decir ahora Retiranse!!!–gritó molesto, y todos sus hermanos se sorprendieron por esa actitud que mostró Whis, mas no se negaron y se fueron. Sólo quedaron Whis y Merus. Merus abrazo a su hermano y el ángel simplemente correspondió a ese gesto, que pocas veces Merus lograba demostrar.

—¿Cómo les fue?, ¿Lograron convencer a mi padre de huir?–Preguntó separándose de Merus e ir hacia ellos.

—No señor Whis–Le dio como respuesta Shin–Él no quiere huir.

—Whis, las cosas han empeorado esa mujer que se hace llamar la gran sacerdotista–Se detuvo y Whis lo vio–Es la esposa de tu padre por lo tan....

—Es mi madre–Le interrumpió Whis–Mis hermanos me lo dijeron hace unos momentos.

—¿Qué haremos ahora?, no podemos abandonar a nuestro padre Whis–lo vio Merus–Pero Nuestra madre...

—La gran sacerdotista no es mi madre...yo no la reconozco y ni la veo Así.

Merus no se sorprendió con esa respuesta, Bills y Shin si lo hicieron. No dijeron nada puesto que no había nada que decir. No era un asunto en la cuál ellos debían entrometerse.

—Merus, Shin y señor Bills...y yo...somos los únicos capaces de poder salvar a Daishinkan, ¿Puedo contar con ustedes?

Los tres se miraron y asintieron.

—Debemos armar un plan, primero descubrir la muerte del señor Zeno-zama y que tiene que ver nuestro padre con eso–dijo Merus.

—El gran sacerdote dijo que ella fue mandada a una dimensión por que albergaba maldad en su corazón–Decia Bills–Tal vez ella quiera cobrar venganza y Daishinkan puede ser uno de los objetivos en sus planes .

—Y una pequeña posibilidad sea que ella tiene algo que ver con la muerte de Zeno-zama–intervino Shin–Hací culparían a Daishinkan de eso, podría simplemente hací cubrir sus huellas y Daishinkan era el perfecto para culparlo.

—Pero por que mi padre estaba en la escena del crimen–miró a los presentes–estamos pasando un detalle importante pero no se cual o en que no nos estamos dando cuenta–Habló Whis.

—El gran Zuno!!!–Gritaron los tres.

—El puede saber la verdad de esto–Acotó Merus y se gano un asentamiento de parte de los tres.

—Podemos ir, para saber y demostrar la inocencia del gran Sacerdote–Añadió Shin.

—Debemos hacerlo con cuidado, y ser cautelosos en dar nuestros movimientos. Un movimiento en falso la gran sacerdotista podría descubrirnos–decía Bills y vio de reojo a una parte de su templo y lanzo una energía luego hubo una explosión donde arrasó una mitad del castillo y fue volando a esa dirección donde encontró un poco de sangre–Alguien nos estuvo observando pero huyó–bufó Bills.

—La gran Sacerdotista debe haber mandado a alguien–señalo Shin y vio una pequeña emblema brillando en una parte de los escombros lo cual tomo y mostró el símbolo de un “kanji”–Parece que el que nos estuvo espiando dejo caer esto–decía mostrando el emblema.

Whis hizo una mueca de enojo y solo se limito a respirar para tranquilizarse. Seguidamente salió del palacio para ir a caminar un poco y despejar su mente lo cual no le resultó bien ya que sintió una presencia en el universo y luego se fue sabia de quien era y eso lo molesto. Un poco más tranquilo volvió con los demás.

—Por ahora no haremos nada hay que esperar el momento adecuado para poner en marcha el plan–acotó Whis un poco serio más que una recomendación era una advertencia–Actuen normal, ahora estamos siendo vigilados por algo.

—Lo se–Añadió Merus–Bueno me retiró, debo volver a la patruya y cualquier novedad no olviden informarme.

Merus se fue y Solo se quedaron los tres.

—También debe volver al planeta sagrado supremo Kaiosama–Le dijo Whis y Shin asintió para irse.

—Whis...lo siento, siento por lo que estas pasando ahora–Bills lo miró un momento y luego se fue a su habitación. Whis se quedó ahí meditando y solo reparó el desastre ocasionado cuando sintió el cuarto de Bills explotar el fue y se encontró a Bills rodeado por los relojes de tiempo y los disipo al instante–Whis por qué no me dijiste de los relojes programados–Dijo con voz de ultratumba .

—Se lo había dicho señor, pero usted lo ignoró–suspiró el ángel para reparar el lugar y salir de la habitación.

Shin había llegado al planeta sagrado encontrándose con su ancestro y kivito. Más una presencia encapuchada que desconocía lo estaba esperando junto con la persona que el conocía y solo se limitó a Saludar con una sonrisa forzada para no levantar sospechas.

—Oh Shin, veo que ya llegaste–exclamó el antepasado–Permitame presentarte ella es la gran Sacerdotista y su acompañante y gran Sacerdotista el es Shin el supremo Kaiosama del universo.

—Valla, un supremo Kaiosama joven, no lo había visto antes pero pude verlo en la junta que se hizo hace unos minutos–Sonrió y vio a Shin con una mirada sería–Me gustaría platicar unos momentos con usted joven Shin...

—Por supuesto, donde a usted mejor le parezca–También sonrió shin sin inmutarse por la mirada que le dedicaba la susodicha–Supongo que es algo importante para que usted halla venido no es así.

—Así es, que le parecé si manda a su sirviente y a su mayor al templo. Para que así podamos conversar mejor sin ninguna interrupción.

Tal comentario no le agrado a Shin y solo se limito a obedecer.

—Antepasado y kivito...

—No se preocupe señor, nos iremos.

—Digame, ¿Cuál es el motivo de su visita?–Preguntó Shin viendo como su ancestro y kivito se alejaban.

—¿Qué piensas respecto a que Daishinkan haya asesinado al rey del todo–ñreguntó la gran Sacerdotista y eso causó asombro a Shin. No por lo que dijo, fue como se expreso, burla, eso es lo que noto. Shin solo trato de respirar para no cometer ninguna imprudencia, sabía bien que la susodicha no era como cualquiera y que un solo moviendo bastaría para delatarlo. empuño sus manos con enojo pero lo deciso por la mirada de ella, luego respondió.

—No creo que usted haya venido solo por eso o sí gran sacerdotista–decía Shin tranquilo–¿Cuáles son sus intenciones?, ¿A qué esta jugando?–Le preguntó Shin y solo vio como ella se reía.

Yo No Soy El Malo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora