Capítulo Diez

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—¿Estas seguro Korn?–Le preguntó Whis por tal aclaración–Lo mismo dijiste la otra vez.

—Esta vez estoy muy seguro Whis–le contestó él ángel del otro lado de la línea–Estoy seguro que el responsable de la muerte de Zeno-Zama es uno de nosotros Whis–volvió afirmar Korn.

—Se me hace difícil creer que uno de nuestros hermanos sea el posible responsable, y que además querían inculpar a nuestro padre ¿Con qué fin?–Lo último se preguntó Whis.

—No lo sé Whis, pero esta situación se esta volviendo muy compleja. Siento la presión de todo esto y no me agrada en lo absoluto.

—Me siento de igual forma Korn.

—Estas seguro de continuar con esto.

—Muy seguro, debemos llegar al fondo de esto y descubrir al verdadero asesino y encontrar a nuestro padre, que de él no sabemos nada–señaló Whis.

—Averiguare quien de los 12 es el culpable, hablamos después el señor Liquir requiere de mi servicio.

Whis asintió y así finalizando la plática por hoy. Decidió volver al palacio de Bills, se había alejado del universo para poder hablar con Korn sin que nadie los escuché, estando por el espacio pensaba en todo lo que estaba ocurriendo. En la posible respuesta y pista a todo este problema y la aclaración de Korn, de que uno de sus hermanos sea el responsable no le agradaba.

¿Con qué fin? No había respuesta a esa simple pregunta ¿Y por qué lo haría culpando a Daishinkan?.

Sin darse cuenta había llegado a una parte del universo dónde a unos metros de el estaba el templo del Gran Zuno. La duda lo carcomía y tomando una decisión fue a verlo.

Cuando llegó fue recibido por el gran Zuno. Quien lo guió por el extenso salón hacia una habitación donde al ingresar se encontraron con una cantidad de libro, reliquias importantes y pergaminos. Zuno levito hasta una sección donde tomó un pergamino y le dio al ángel.

Whis abrió el pergamino y al leerlo se sorprendió y un enojo recorrió su ser llegando a su mano que empuñó con enojo.

—De eso se trataba todo–habló el ángel para si mismo.

—Se que no vino para saber una información sobre este calibre ¿Qué quiere que haga por usted?.

—No se el motivo por la cual vine, pero se que usted tiene algo que puede ayudarme.

—Digame que necesita.

—¿Dónde están las super esferas?–le preguntó Whis.

—Están siendo custodiadas por Zarama–dijo Zuno y Whis cuando planeaba decir algo unas visitas llegó al templo. Por suerte estaban en una parte del templo donde no podían sentir su ki, Whis no entendía por que Zuno estaba preocupado y nervioso. Sobre todo nervioso.

Zuno fue a una de las vitrinas y moviendo un libro apareció un pasadizo secretó, él ángel lo observó con curiosidad.

—Esto le llevará afuera del templo–dijo–ellos vienen por mi, si lo encuentran aquí usted también sera capturado.

—¿Quiénes vienen por usted Zuno?¿Por qué? ¿Por qué me capturarían?–Preguntó el ángel tratando de indagar, Zuno dio un leve suspiro.

—Son muchas preguntas y no recurro de mucho tiempo–señaló–pero digamos que ella no se detendrá hasta lograr lo que quiere, y su acompañante estará ahí para apoyarlo.

—Hablas de....

—Vallase por favor–le pidió Zuno llegando a la puerta de la habitación y salir pero el ángel lo detuvo.

—¿Qué pasará con usted?–Le preguntó Whis.

—No se preocupe ella no haría nada imprudente, yo estaré bien–diciendo eso salio por la puerta dejando a un Whis confundido que luego ingreso por el pasillo secreto.

Zuno llegó hasta las visitas, vio a unos dos ángeles celestiales acompañados de Mesut, la gran sacerdotista y una persona encapuchada a quien reconoció a pesar de ese turbante que tapaba su identidad.

—No es nada agradable dejar a las visitas importantes esperando–señaló la gran sacerdotista.

—Como también no resulta nada agradable culpar a una persona inocente–dijo–sobre todo si se trata del gran sacerdote.

—Le recuerdo que no vuelva a mencionar esa título y menos a esa persona–Exclamó molesta.

—Perdoneme, pero no refería a usted gran sacerdotista–dijo mirándola y luego volteo su vista hacia la otra persona–Quién lo diría señorita que se siente culpar a su propio padre sabiendo que fue usted la responsable de la muerte de dos seres importantes.

La mencionada no respondió.

—Sabe su silencio me hace pensar que usted no esta tranquila, esta arrepentida–diría recalcando la última palabra.

—É-Él...Él lo merecía–dijo mordiéndose levemente el labio mirando al suelo–Lo odio, odió a mi propio padre...él lo merecía.

—Por qué según usted señorita lo merecía–Cuestionó Zuno–En que fallo el gran sacerdote para qué usted lo odiara tanto.

—Sufiente!–grito, Zuno se molesto pero no dijo nada–alguien como usted no entiende nada a pesar que lo sabe todo, su conocimiento no le ayuda en nada–aseveró.

—Se equivoca, todo lo que hasta ahora ha sucedió no fue más que producto de un berrinche–afirmó Zuno–Mire lo que su berrinche hizo.

—Ya! Callese!–Tenia la intención de golpear a Zuno pero fue detenida por Mesut por órdenes de la gran sacerdotista.

—Si vinieron a callarme pierden su tiempo–les dijo Zuno.

—Es algo mejor que eso–Habló la gran sacerdotista cuando los dos ángeles celestiales detuvieron a Zuno–que le parece si nos acompaña. Apuesto que tiene mucho que contarnos.

—Por que piensa que podría ayudarte Señorita Kendra esposa de Daishinkan.

La mencionada torció la boca por ese sufijo y Zuno sonrió.

—Por que aún son esposo y esposa–reafirmó viéndola y ella se molesto más ordenando que se lleven a Zuno lejos de su vista. Ambos ángeles accedieron y se lo llevaron.

Kendra estaba muy molesta, Mesut no dijo y soltó a su hermana y la otra persona se sentía enojada no con Zuno, menos con Mesut por detenerla. Estaba molesta consigo misma porque todo lo que dijo Zuno era verdad.

“Todo era un capricho de ella”

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